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Análisis:EL ACENTO
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Kilocalorías, abstenerse

En la ciudad de Nueva York, de siempre pionera en cuestiones de salud pública, ha entrado en vigor una ordenanza municipal orientada a la persecución del exceso de peso, lo que en Estados Unidos es ya una amenaza contra el biotipo nacional.

Desde el pasado 21 de abril, los restaurantes de cadenas que tengan un mínimo de 15 locales en todo el país, o sea McDonald's, Starbucks y todas las demás -2.000 comederos tan sólo en la Gran Manzana-, tendrán que informar en su carta o menú del número de calorías de cada plato. La autoridad informa de que con ese achtung 130.000 neoyorquinos se librarán de pasar de la curva de la felicidad a la de la obesidad grosera, y 30.000 burlarán la diabetes. Por lo visto, los estadísticos municipales no contemplan la posibilidad de que a los comensales se les dé una higa el aviso.

Los más preocupados son, sin embargo, los proveedores de comida mexicana, porque, según las últimas cotizaciones, la ración de guacamole está a 140 calorías, las patatas feroz y sabiamente sazonadas van por las 570 y los deliciosos tacos, con su salsita, su quesito y sus frijoles refritos, se disparan hasta las 590 calorías.

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No caigamos en la demagogia, no ya barata, porque toda demagogia lo es, de recordar que cuando tanta gente pasa hambre, lo de las calorías es una inmoralidad: aunque todo el mundo anduviera de la andorga satisfecho -que sí que es una vergüenza que así no sea-, ese culto del yo mismo hace pensar.

El paso siguiente podría ser la prohibición o su precoz hermana menor, la disuasión; que se fijara, por ejemplo, un peaje, impuesto o sobreprecio por kilocaloría; que quien quiera dinamitar la barrera de las 2.000 calorías diarias, que como sabemos es lo más idóneo para consumo del varón o la dama en activo, deba sufragar por anticipado la factura del hospital, que, de seguro, a la vuelta de unos años le estará esperando. La obesidad no es buena y una dieta adecuada a edad, estación y trabajo es la mejor forma de combatirla. Como dato para el consumidor, bien está ese aviso de peligro, pero nunca pasemos de la inducción respetuosa a la coacción agresiva.

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