Medidas contra el frenazo económico
La retirada de Irak y las reformas sociales protagonizaron la primera legislatura de Zapatero; la economía tiene toda la pinta de acaparar los focos en la segunda. Y para mal. El Ejecutivo aprobó ayer un paquete de medidas urgentes para combatir el pinchazo inmobiliario y las turbulencias internacionales, que dibujan un panorama sombrío para la economía española.
El impuesto sobre el patrimonio se despide del mapa fiscal español después de 30 años. Cerca de un millón de contribuyentes dejarán en 2008 de pagar a Hacienda por sus bienes y derechos, con un ahorro de 1.800 millones de euros.
Pagar la hipoteca se pone cada vez más cuesta arriba, y por ello el Gobierno ha decidido ayudar a que sea gratis la ampliación del plazo. Esta medida, en principio anunciada sólo para familias con "especiales dificultades", se amplía a toda persona que lo necesite. La dificultad de delimitar y gestionar a ese colectivo es lo que ha llevado al Gobierno a abrir la mano.
Los datos oficiales ya certifican que el precio de la vivienda ha crecido en los últimos doce meses por debajo del resto de bienes de consumo, algo que no ocurría desde finales de 1997. Pero si toda la vivienda cae en términos reales, es decir, descontada la inflación, los pisos usados son ahora más baratos en media España.
Por una parte, un sinfín de personas quieren comprarse un piso, pero los precios desorbitados se lo impiden. Por otra, los promotores tienen ahora dificultades para vender sus viviendas y para encontrar financiación. Después de unir estos dos puntos, el Gobierno de Castilla-La Mancha ha propuesto una solución. Se llama vivienda de iniciativa público-privada.
Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid, dijo en febrero que cuando la morosidad empiece a subir "lo hará de forma brutal". Le llamaron alarmista, pero parece que no se separó mucho del guión de la realidad.
Emilio Botín, presidente del Santander, siempre ha tenido una querencia por sus amigos escoceses del Royal Bank of Scotland (RBS), que ahora atraviesan un momento delicado por la crisis financiera. Precisamente todo le ha ido peor al RBS desde que capitanearon la compra de ABN Amro, operación en la que el Santander ha sido el más beneficiado.