¿Sabría rellenar una garantía?
La prueba de lectura de PISA que vapuleó a España en 2006 incluye facturas y folletos - Los alumnos fallan cuando tienen que reflexionar sobre los textos
De la factura reproducida en la imagen de la derecha, el alumno deberá obtener la información necesaria para rellenar la tarjeta de garantía que hay abajo y, después, decir cuánto tiempo tiene el comprador para enviarla para que sea válida o por qué al final del papel pone "Gracias por su compra". Ésta es una de las preguntas de la prueba de lectura del Informe PISA de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). En su última edición, de 2006, los alumnos españoles de 15 años sacaron, de media, 20 puntos menos que tres años antes, quedando en el puesto 35 de los 57 países que compara la OCDE, también en ciencias y en matemáticas (materias en las que los resultados españoles se quedaron en mediocres; en la media, según el ministerio).
Se mide la capacidad de comprender los textos y de usar su información
La lectura puede lastrar los resultados en matemáticas y ciencias
Lectura en el Informe Pisa |
Y el año que viene más. PISA 2009 (se hace el examen ese año, pero se publican los resultados al siguiente) se centrará precisamente en la comprensión lectora (cada vez se vuelca en un área que ocupa la mayoría de las preguntas) y por eso el Instituto de Evaluación, organismo del Ministerio de Educación, acaba de publicar un libro que explica la metodología de las pruebas y qué es lo que se pretende evaluar, esto es, no sólo comprender los textos, sino también utilizarlos y analizarlos. Además, se incluyen ejemplos de los exámenes que se han puesto en ediciones anteriores.
Los responsables de las pruebas no ofrecen datos detallados de cuántos alumnos españoles fallaron las preguntas sobre la factura, pero seguramente rellenaron bien la garantía y dijeron el tiempo que tenían para mandarla, pero tropezaron en la explicación sobre lo de poner "Gracias por su compra" al final. Los jóvenes españoles comprenden bien los textos y saben extraer su información literal, pero fallan a la hora de "reflexionar sobre el texto, ir más allá de su literalidad y ponerlo en relación con otras cosas que ya saben", es decir, en "las preguntas más complejas". Así lo explica el director del Instituto de Evaluación, Enrique Roca, cuyas conclusiones coinciden con las de un estudio dirigido por Ángel Sanz para el Gobierno navarro, que ha analizado la frecuencia de fallos en el último examen.
Pero la OCDE sólo permite publicar unas pocas preguntas de las que se han puesto otros años, así que, entre las de los dos últimos, hay que conformarse con las que aparecen en la publicación del ministerio. En ella, al texto de la factura se unen tablas de horarios semanales de distintas bibliotecas, un folleto sobre la recolección del néctar, una carta al director y un artículo de periódico con varios gráficos y un cuento tradicional. A partir de esos textos, los alumnos tienen que responder, por ejemplo, la principal diferencia entre el néctar y la miel. Y su respuesta correcta (la proporción de agua en la sustancia) no aparece textualmente en el texto, sino que hay que inferirlo de la lectura de unas frases que están, además, hacia el quinto párrafo.
Y hay que recordar que el propio responsable del Informe PISA en España reconocía en 2006, antes de que se conociera el retroceso español en lectura, que los alumnos "no soportan leer tres líneas y media con referencias precisas y no perderse". Los expertos han señalado problemas en la enseñanza de la lectura, tanto en las etapas iniciales como después. "Hay que acostumbrar a los alumnos desde pequeños a leer textos largos y comprenderlos, no a buscar información concreta", asegura Pilar Pérez, coordinadora de los contenidos mínimos de Lengua fijados por el Ministerio de Educación. Pérez dice que, con excepciones, en general no se trabaja bien la comprensión lectora en las aulas españolas: "Hay que desarrollar tareas contextualizadas, que exijan pensar. Y nuestros alumnos están acostumbrados a rellenar huecos y contestar con frases cortitas".
Antonio Mendoza, catedrático de Didáctica de la Lengua y la Literatura en la Universidad de Barcelona, asegura que los profesores, sobre todo los de secundaria, no tienen una formación pedagógica suficiente y, en cualquier caso, suele estar desfasada: "Reconocer las letras, conocer el significado de las palabras y ya está", explica. Y, como se puede ver en las preguntas, el examen de PISA va más allá. Y en esos problemas de comprensión lectora concebida de este modo, "la culpa no es exclusiva de los profesores, ya que el alumno también tiene carencias en esos otros conocimientos previos con los que hay que conectar el texto y falta de léxico", añade Mendoza.
Para Enrique Roca, el trabajo sobre esa reflexión e interpretación de los textos es el camino que enseña PISA para mejorar, y por eso insiste en que los estudiantes deben leer textos en todas las materias, no sólo en lengua -la nueva ley educativa dice que en todas las asignaturas se deberá garantizar un tiempo para la lectura-. Pero también enseña PISA que ese tiempo no se puede quedar sólo en la mera lectura, sino que después hay que trabajar sobre los textos. Se trata, además, de un trabajo lento y difícil: "Hacer los contenidos atractivos no significa simplificarlos, sino elegirlos bien y profundizar", añade Pilar Pérez. En cualquier caso, nadie puede esperar un cambio espectacular hasta el año que viene, cuando los alumnos de 15 años vuelvan a hacer el examen de PISA. La respuesta tendrá que esperar a 2010.
Baleares, Canarias y Murcia se incorporan
Baleares, Canarias y Murcia ya han solicitado que más alumnos de sus comunidades participen en el Informe PISA de la OCDE para así tener datos propios de su territorio, según informa el Instituto de Evaluación. El informe ofrece resultados de España y de las comunidades autónomas que amplían, voluntariamente, la muestra de participantes. En la última edición fueron 10: Andalucía, Navarra, Cantabria, Asturias, Galicia, Cataluña, La Rioja, Castilla y León, País Vasco y Aragón. La ministra de Educación, Mercedes Cabrera, se ha comprometido a poner el dinero de su departamento para que las comunidades participen. De momento, las únicas que se quedarán sin resultados propios en PISA son Castilla-La Mancha, Extremadura, Madrid y Comunidad Valenciana.
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