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El alumnado extranjero de FP crece el doble que el español

El 11% de los permisos de residencia por motivo de arraigo se concedieron en 2023 por formación, una vía de regularización que tendrá condiciones más duras a partir de mayo

Formación Profesional FP
Taller de Mecánica en un instituto de FP de Granollers, Barcelona, en 2023.MASSIMILIANO MINOCRI
Ignacio Zafra

Mientras otras etapas educativas languidecen como consecuencia de la gran caída de nacimientos iniciada hace tres lustros, la Formación Profesional sigue creciendo; según las previsiones del Ministerio de Educación, este curso rozará los 1,2 millones de estudiantes en sus diversas ramas, cuando en 2013 sumaban 661.047. Las razones de su éxito son diversas. La FP estaba infradesarrollada en España, con lo que tenía (y continúa teniendo) margen para crecer. Los ciclos formativos solo duran dos años y están orientados a una inserción laboral inmediata, aunque también permiten continuar estudiando. El Gobierno ha invertido mucho dinero en ellos (842 millones desde 2020 solo en crear nuevas plazas). La imagen de los estudios ha mejorado mucho entre el alumnado y sus familias. Las enseñanzas profesionales tienen un gran éxito entre los estudiantes españoles, con un aumento del 33% de la matriculación en cinco años, y todavía más entre los extranjeros que viven en España, con el doble de incremento. Y, aunque no es muy conocido, desde 2022 la FP también supone una vía para que los inmigrantes que están en España y cumplen una serie de requisitos puedan regularizarse, obteniendo el permiso de residencia temporal a través del llamado arraigo por formación.

Un informe de Caixabank Dualiza, al que ha tenido acceso este periódico, refleja que 23.097 personas se regularizaron por la vía del arraigo por formación en 2023, el primer año completo de su aplicación. Ello supuso un 11% del total de las que ese año obtuvieron el permiso de residencia por alguno de los supuestos de arraigo. Por detrás del arraigo social (41,2%) y familiar (41%), y por delante de quienes lo hicieron por motivos laborales (6,8%).

Hasta ahora, la normativa, aprobada por el Gobierno tras la aprobación de la Ley de Extranjería de 2022, no exige que para obtener dicho arraigo por formación haya que estudiar titulaciones completas de FP, sino que puede conseguirse mediante estudios mucho más cortos, lo que la Ley de Formación Profesional llama microformaciones. Unas unidades de aprendizaje pequeñas (no tienen un mínimo de horas) y acumulables que se han convertido, en la práctica, en una de las principales vías para obtener el arraigo por formación (que exige otros requisitos, como que los migrantes lleven dos años en España y no tengan antecedentes penales).

La situación cambiará, sin embargo, en mayo, con la entrada en vigor del nuevo reglamento de extranjería, que elimina la posibilidad de obtener mediante microformaciones el arraigo formativo (que, entre otros cambios, pasa a llamarse arraigo socioformativo). Para lograrlo se requerirá la realización de estudios oficiales más exigentes y largos, como los grados medios de FP o el título de especialista en Formación Profesional. Un endurecimiento que la Red Acoge, una federación que trabaja por los derechos de las personas migrantes, lamenta al considerar que se cortará una vía de salida “de situaciones de precariedad”.

Sindy Borjas, hondureña de 39 años, estudió el año pasado una de estas microformaciones. En concreto, un curso de Atención y cuidados básicos a personas en situación de dependencia en domicilios, ofertado por la Universidad da Coruña, de 30 horas, online, gracias al cual logró el permiso temporal de residencia y que le ha facilitado encontrar trabajo cuidando a personas mayores en Córdoba, donde vive con su hijo. “Aprendí cosas muy útiles para trabajar con mayores. Desde los problemas de salud que pueden tener, como el alzhéimer y la demencia, a cómo cambiarles de postura”, afirma.

Belén Rodríguez, directora general de la fundación de Escuelas Familiares Agrarias (EFAS) de Galicia, señala que las microformaciones se han convertido, en la práctica, en una de las formas más frecuentes del arraigo por formación. “A través de los ciclos de Formación Profesional es mucho más difícil por lo que duran. Un migrante irregular, que muchas veces no tiene recursos, difícilmente puede estar dos años estudiando una titulación”.

La FP está creciendo mucho, especialmente entre los extranjeros. Entre los cursos 2018-2019 y 2023-2024, la matriculación de estudiantes de nacionalidad extranjera creció un 63,3% ―casi el doble que el alumnado español (33,6%)―, hasta sumar 110.243. El curso pasado, con datos estadísticos todavía provisionales, supusieron el 16,3% del alumnado de la FP Básica (una vía pensada para que los chavales terminen la ESO), el 10% en los ciclos de grado medio, y el 8% en los de grado superior.

Potencial

La FP, señala el informe de Caixabank Dualiza, tiene mucho potencial no solo para formar a los adolescentes extranjeros que estudian en España, sino también para aumentar la cualificación de la población extranjera que vive en el país. El 48,3% de los que están en la franja en edad laboral tiene, como mucho, el título de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), cuatro puntos más que los españoles. Y casi el 70% carece de una titulación profesionalizante (en dicho porcentaje se incluye el 21% de extranjeros que estudió hasta el Bachillerato, una etapa que abre la puerta a la educación superior, pero que por sí sola no profesionaliza). Al mismo tiempo, entre los extranjeros hay una menor proporción con títulos de FP de grado medio, (6,6% frente a 8,8% de los españoles), y menos con estudios superiores (que incluyen la universidad y la FP de grado superior; 24,2% frente a un 34,5%).

Mónica Mosso, coautora del informe de Caixabank Dualiza, afirma: “La FP es clave para la integración de personas extranjeras en las sociedades de acogida. No solo mejora las habilidades técnicas y la empleabilidad, sino que facilita el acceso al mercado laboral formal y fortalece el tejido social. Y, especialmente para aquellas que tienen un bajo nivel de cualificación, es una herramienta para superar barreras estructurales, como la desventaja inicial en términos de idioma y conocimiento del mercado laboral local”.

Más mujeres

Como sucede con los españoles, hay menos mujeres que hombres extranjeros en la FP, aunque los porcentajes están más igualados, y su peso crece a medida que aumenta el nivel de los estudios. Las mujeres representan un 28,3% de la población extranjera en el grado básico, un 49,5% en el grado medio, y un 55,8% en el grado superior (entre el alumnado de nacionalidad española, las mujeres representan un 48,9%).

La gran mayoría de estudiantes foráneos de FP están en centros públicos, en unas proporciones un poco más elevadas que en el caso de los autóctonos. Lo hace el 76% de los que estudian el grado básico, el 73% en el medio (frente a un 67% de los españoles), y el 64% en el grado superior.

Una de las mayores diferencias entre los estudiantes españoles y extranjeros de FP es la tasa de éxito educativo, que es significativamente menor entre los segundos, lo que está muy relacionado con el nivel socioeconómico y cultural de sus hogares, el factor más decisivo en el fracaso escolar. El porcentaje de alumnado extranjero que logra el título a los cuatro años de haberse matriculado (si se tarda más, se considera abandono) se sitúa en el 43% en la FP Básica (frente al 57% de los españoles), el 50% en los ciclos formativos medios (frente al 69%), y el 57% en los grados superiores (frente al 78%). Existen, además, enormes contrastes por territorios. Mientras en Navarra consigue titular, por ejemplo, el 58% de los chavales extranjeros de FP Básica, en la Comunidad de Madrid solo lo logra el 32%.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.
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