El 'txakoli' vizcaíno apunta maneras
El caserío Mendibile abre sus puertas para presentar la nueva añada de las 16 principales bodegas acogidas a la Denominación de Origen
Menos alcohólico, más ligero y aromático. De este modo, y en pocas palabras, se presenta el nuevo txakoli en Vizcaya, con una producción en 2007 de 905.000 litros, un 1% menos que el año pasado, debido a las malas condiciones metereológicas. El flamante caserío de Mendibile (Leioa, Vizcaya), sede del consejo regulador de la denominación de origen Bizkaiko Txakolina, acogió ayer la puesta de largo de la nueva temporada, con las propuestas de 16 bodegas, que reflejan que el poderío de este vino blanco de virtudes afrutadas no reside solamente en Getaria y Zarautz (sus referentes clásicos) y trasciende al resto del País Vasco.
Es más, el txakoli de Bizkaia, quizás por su condición de hermano menor, no ha sufrido las denuncias que ha recibido el Txakoli de Getaria. Esta denominación ha estado bajo sospecha por fraudes en la venta de más vino del que se podía producir con las viñas plantadas en los municipios de Aia, Zarautz y Getaria y por la venta de txakoli de algunas marcas de la denominación sin la etiqueta. Estas irregularidades fueron detectadas en inspecciones del Gobierno vasco.
Los vinos vizcaínos han crecido en madurez y han recuperado fama
Aproximadamente, se exportan unos 25.000 litros al año de txakoli
Ampliar la denominación
Además, varios elaboradores del resto de Guipúzcoa han mostrado en estos últimos años su deseo de que la denominación alcanzara al resto del territorio, como ocurre en Vizcaya y Álava. Una pretensión que han conseguido, no sin polémica con algunos de los bodegueros de Getaria.
El txakolí de Vizcaya ampara todos los vinos que se elaboran en este territorio con determinadas condiciones, como el empleo de las variedades de uva hondarribi zuri y beltza, las que hace siglos hicieron famosos los vinos de Balmaseda (y que ahora vuelven a recuperarse, con elaboradores de vanguardia, como Egiaenea), o los de Bakio en la última centuria. Cada vino mantiene las peculiaridades que ofrece la geografía; desde la costa, en las bodegas Itsasmendi o Gorrondona, hasta el interior de las Encartaciones, con Virgen de Lorea (Zalla), sin olvidar los caldos del Txorierri. El txakoli vizcaíno no ha dejado de crecer en los últimos años.
Ya no hay restos de aquel apunte de vino ácido, de graduación escasa y consumo doméstico. Es cierto que, al rebufo de los producidos en la zona de Getaria, los vinos vizcaínos han crecido en madurez y han recuperado la fama que les otorgan las referencias históricas. Incluso llegan a la exportación: "Desde hace tres años, hemos comenzado a trabajar en el extranjero, después de consolidar los mercados de Madrid y Barcelona. Aproximadamente, se exportan unos 25.000 litros", explica Antón Txapartegi, secretario técnico de la denominación de origen. Los principales destinos son Estados Unidos y Escandinavia.
Con su proyección exterior, el vino vizcaíno ha comenzado a buscar su personalidad. Ya en septiembre del año pasado, se permitió la plantación de nuevas variedades de uva, entre otras las francesas sauvignon blanc y chardonnay y la alemana riesling. Ahora bien, el reglamento establece que no podrán ocupar más del 20% de la superficie. "Se trata de que el txakoli vaya adquiriendo nuevos matices, que cada elaborador aporte a sus vinos una personalidad definida", aclara Txapartegi.
Los consumidores asumirán con agrado estas novedades, como han valorado la afinación en el txakoli vizcaíno. Se trata de un producto que ya no es complemento de la labor del baserritarra, sino fin en sí mismo. "Las bodegas que están presentes en este acto", comenta Txapartegi, "se han abierto ya un camino en el mundo del vino, cada día más globalizado, con las dificultades que conlleva".
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