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Los jueces dan la razón al Nobel Kenzaburo Oé en su litigio con el Ejército

La justicia dio ayer la razón a Kenzaburo Oé, escritor japones y premio Nobel de Literatura en 1994, y desestimó las dos demandas interpuestas contra él por atribuir indirectamente al Ejército japonés haber ordenado suicidios en masa de civiles al final de la II Guerra Mundial.

El contencioso se remonta a 1970, cuando Oé publicó el ensayo Notas de Okinawa, en el que denunciaba que militares japoneses habían incitado a civiles -casi todos mujeres, ancianos y niños- a suicidarse en Okinawa en marzo de 1945 ante el inminente desembarco de tropas estadounidenses. La población, según el ensayo, temía toda clase de torturas influida por la propaganda oficial del Imperio.

El magistrado del distrito de Osaka, Toxinaza Fukami, reconoció como probado, tras un juicio que ha causado gran polémica en el país, que "los militares estuvieron implicados en los suicidios masivos". No es casualidad, añade, que los lugares donde los civiles se suicidaron -entre otros métodos, con granadas o arrojándose desde los acantilados a las aguas poco profundas del mar- coincidan con la ubicación de varios de los cuarteles del Ejército. Se calcula que, al menos, 500 civiles se quitaron la vida.

Los veteranos japoneses Yutaka Umezawa, ex comandante de la armada imperial de 91 años, y Hidekazu Akamatsu, de 75 años y hermano de otro militar, presentaron dos demandas en agosto de 2005 contra Oé por atribuir estos hechos al Ejército al que pertenecieron. Exigieron al escritor una indemnización por daños y perjuicios de 20 millones de yenes (127.000 euros) y la retirada de la obra.

Dos meses sangrientos

La batalla de Okinawa fue la única librada en suelo japonés y la más sangrienta de la campaña del Pacífico. En 83 días perecieron, en su mayoría por bombardeos de EE UU, 12.520 soldados americanos y 190.000 japoneses, de los que 90.000 eran de la isla.

Por otra parte, Oé y su editorial protestaron en abril de 2007 contra la recomendación del Gobierno del entones primer ministro Shinzo Abe de cambiar los manuales escolares y omitir referencias a la involucración del Ejército en los suicidios. Una campaña de protestas masivas obligó a incluir de nuevo ese trágico episodio, aunque no se responsabiliza de forma directa a los militares. "Los civiles se creyeron en una situación en la que el suicidio era la única solución".

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