Jaime Rosales, en el bosque de ETA
GREGORIO BELINCHÓN | Madrid
El pasado 2 de diciembre, domingo, Jaime Rosales leyó en el periódico una noticia que le aturdió. Tres etarras habían matado la mañana anterior a dos guardias civiles (Fernando Trapero y Raúl Centeno) tras un encuentro accidental en una cafetería en Capbreton, en la región francesa de Las Landas.