El método Rashomon, desvirtuado
Cuando, en 1950, Akira Kurosawa inauguró con Rashomon el método de la estructura narrativa dividida en el reiterado relato de un mismo hecho desde distintos puntos de vista, no podía imaginar a qué grado de retorcimiento podía llegar en su emulación un thriller del siglo XXI.
En el punto de mira, primera cinta americana del británico Pete Travis tras el éxito de Omagh (2004), cuenta el magnicidio del presidente de EE UU, durante un acto público en la plaza Mayor de Salamanca, desde siete puntos de vista distintos. Unos 25 minutos de tiempo real (desde la salida del hotel hasta el hecho criminal), resumido en unos 10 minutos de tiempo cinematográfico y multiplicado por siete crónicas, más una octava, un tanto desmañada, en la que convergen las acciones de variados personajes secundarios.
EN EL PUNTO DE MIRA
Dirección: Pete Travis.
Intérpretes: Dennis Quaid, Matthew Fox, Forest Whitaker, Eduardo Noriega.
Género: thriller. EE UU, 2007.
Duración: 90 minutos.
Lo que en Kurosawa era limpieza narrativa, aquí es totum revolutum. Lo que en Kurosawa era un rompecabezas en busca de la verdad, basado en un partidista análisis de la realidad provocado por las circunstancias personales de los narradores, aquí es puro artificio formal sin revestimiento ético. Lo que en Kurosawa era la muy particular verdad (o mentira) de cada protagonista, aquí es una verdad dividida en pos del espectáculo. De todos modos, digamos desde ya que la fórmula narrativa elegida para En el punto de mira es lo mejor de un guión que si se estudia por partes no admite el menor análisis. Otra cosa es la dirección, en la que el nervio impuesto por Travis, una especie de hermano pequeño de Paul Greengrass ("si no podemos contratar a uno, hagámonos con el otro", debieron pensar los productores), provoca la parafernalia necesaria para que los menos exigentes se puedan dejar llevar por el fuego artificial. ¿Y Salamanca? De la verosimilitud de un acto como el de su plaza Mayor se podría escribir todo un ensayo con la Alianza de Civilizaciones como telón de fondo. Así que lo dejamos para otro día.
Babelia
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