Brown busca un plan europeo para salvar la crisis financiera
Los líderes de Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y la Comisión Europea se reúnen hoy en Londres para acordar un mensaje común para recuperar la confianza de los inversores en medio de la tormenta financiera. Tras la masiva revelación de pérdidas por parte de la banca estadounidense, las miradas se dirigen ahora hacia las instituciones europeas y los líderes temen que Europa se convierta en el centro de las sospechas. El desfalco de 4.900 millones de euros en el banco francés Société Générale abunda en esta percepción.
A pesar de las grandilocuentes llamadas a una mayor transparencia de los nuevos productos financieros y mayor coordinación de los reguladores, ni Alemania ni el Reino Unido quieren que nadie husmee en sus bancos. Existen temores fundados de que las sorpresas de bancos con problemas todavía no han acabado. "El impacto completo de las crisis de las subprimes (hipotecas de alto riesgo) en el sector financiero aún no se conoce", señala uno de los documentos de las reuniones previas al encuentro.
En otro se señala la preocupación de los ministros porque "en la medida en que las pérdidas están siendo declaradas por los bancos norteamericanos, tenemos que evitar la sensación de que toda la incertidumbre y el riesgo está ahora concentrada en Europa".
Más transparencia
Entre los temas incluidos en la agenda de la reunión se encuentra la necesidad de incrementar la transparencia de los productos financieros, aumentar la vigilancia por parte de los supervisores de las instituciones financieras e impulsar medidas para mejorar la confianza de los inversores.
La iniciativa del ministro de Finanzas italiano en funciones, Tommaso Padoa-Schioppa, de crear un regulador europeo que investigue a los 40 o 50 principales bancos o que al menos todos los reguladores empleen el mismo código no prosperó, aunque cada vez es más defendida por más analistas como André Sapir, profesor de la Universidad Libre de Bruselas.
La propuesta de Gordon Brown de potenciar el papel de supervisor global es bien visto por la mayoría de líderes, aunque consideran que es una cortina de humo para ocultar la falta de previsión y como se gestionó la crisis del banco Northern Rock.
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