El conflicto colombiano
"Estoy viva por Emmanuel". Lo dijo rotunda, sin titubeos, Clara Leticia Rojas minutos después de llegar a Caracas tras recuperar la libertad en algún lugar de la selva colombiana. Traía la foto del pequeño, plastificada, colgada al cuello.
Un total de 23.401 personas han sido secuestradas en Colombia entre 1996 y 2007, de las cuales 1.288 murieron en cautiverio entre 1996 y 2007, según informaba ayer la Fundación País Libre para recordar el peligro al que se enfrentan los secuestrados en manos de alguno de los grupos armados ilegales colombianos.
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, solicitó ayer al Gobierno colombiano y a los países europeos que retiren la calificación de terroristas a las organizaciones guerrilleras colombianas, alegando que se trata de "verdaderos ejércitos insurgentes" con "un proyecto político que nosotros respetamos".
Mejora paulatinamente la situación de seguridad en la provincia más conflictiva de Irak, Al Anbar, base de la insurgencia suní, y los militares de Estados Unidos sopesan entregar a los cuerpos policiales iraquíes la responsabilidad de mantener el orden en la convulsa región.
Vincenzo Cannavacciuolo, un pastor de la zona de Acerra, cerca de Nápoles, llevaba años manteniendo las ovejas en libertad en su tierra. De ellas sacaba leche y lana, pero en 2002 empezó a notar rarezas en sus animales: presentaban malformaciones en la cabeza, a menudo andaban con dificultad, algunas de ellas no tenían lana y muchas abortaban al tercer mes de embarazo.
La llegada a la isla italiana de Cerdeña de un barco cargado de basura procedente de Nápoles desató protestas en el puerto de Cagliari durante la noche del jueves al viernes, donde la policía intervino para proteger las operaciones de descarga y disolvió por la fuerza una concentración popular.
El FBI ha perdido una parte considerable de sus escuchas telefónicas por impago de facturas. Según ha revelado una auditoría del Gobierno, las compañías telefónicas han desconectado en repetidas ocasiones los circuitos telefónicos de este cuerpo, utilizados sobre todo para controlar a sospechosos de terrorismo.
Nicolas Sarkozy es indigno de ser presidente de la República Francesa. Tiene un grave problema de carácter, un lado ridículo, es tacaño y mujeriego y no quiere a nadie, ni siquiera a sus hijos. Maltrata a sus subordinados y se ensaña con algunos de sus colaboradores, que no son más que una pandilla de jóvenes delincuentes hinchados de poder que se creen los príncipes de París.