Las compañías telefónicas cortan las escuchas al FBI por no pagar sus facturas
El FBI ha perdido una parte considerable de sus escuchas telefónicas por impago de facturas. Según ha revelado una auditoría del Gobierno, las compañías telefónicas han desconectado en repetidas ocasiones los circuitos telefónicos de este cuerpo, utilizados sobre todo para controlar a sospechosos de terrorismo. A una de las compañías, cuyo nombre no se ha revelado, se le debían 66.000 dólares (44.600 euros) en concepto de llamadas impagadas.
El informe del Inspector General del Departamento de Justicia, Glenn A. Fine, revela que algunas de las misiones prioritarias del FBI en materia antiterrorista se han visto en peligro por la imposibilidad de espiar a sospechosos. Según la investigación, el sistema de contabilidad del FBI está "anticuado". De hecho, el actual sistema de pagos sigue en vigor desde los años ochenta.
El "escaso control del dinero" en operaciones secretas ha permitido esta situación, concluye el informe. "Se analizaron 900 pagos de controles telefónicos, acometidos por cinco departamentos", dice el informe. "Hemos encontrado que la mitad de esos pagos se hicieron fuera de plazo".
El director adjunto del FBI, John Miller, aseguró el jueves que estos impagos no han tenido una relevancia excesiva y que no han dificultado investigaciones importantes. "Modernizaremos el sistema, no hay duda", dijo. "Las interrupciones en las escuchas fueron temporales, y ningún caso se ha visto seriamente afectado".
Además, en el desarrollo de la investigación los auditores descubrieron que una empleada del FBI había robado 25.000 dólares que en algún momento deberían haberse destinado al pago de facturas telefónicas. Según la auditoría de Justicia, esta empleada se aprovechó del "escaso control" sobre las devoluciones de dinero acometidas por algunas empresas a las que se había pagado cantidades de dinero superiores a las que se debía.
La empleada se declaró culpable de robo en 2006. Ésta es sólo la parte visible de un exhaustivo análisis de 87 páginas que en su mayoría ha sido considerado "demasiado sensible" como para publicarlo íntegramente.
