Bush deja la puerta abierta al regreso de las tropas de Irak
El presidente estadounidense llega a Bahrein desde Kuwait, donde también exigió a Irán que detenga su apoyo a las milicias chiíes iraquíes
El presidente de EE UU, George W. Bush, insistió ayer en que el proceso de retirada de 20.000 soldados de Irak, aprobado el pasado mes de septiembre y previsto para finales de año, sigue en marcha, aunque ha dejado en manos de los comandantes de campo la posibilidad de ordenar nuevos retornos de las tropas.
Tras una reunión con el embajador de EE UU en Bagdad, Ryan Crocker y el jefe de las fuerzas militares estadounidenses en Irak, David Petraeus, el presidente estadounidense señaló la "significativa" reducción de la violencia en Irak y de las acciones de Al Qaeda en su discurso desde la base de Arifjan. "Las mejoras de seguridad nos permitirá que algunas fuerzas norteamericanas regresen a casa. La esperanza está regresando a Bagdad", dijo Bush, que ha añadido que el regreso de las tropas será bajo la supervisión del general Petraeus. "Nuestra estrategia simplemente no funcionó el pasado año. Pero Irak ahora es un lugar diferente", aseguró el presidente ante cientos de soldados norteamericanos.
La guerra de Irak se ha tornado muy impopular entre los estadounidenses, según han apuntado las últimas encuestas que daban menos de un 30 % de apoyo ciudadano al conflicto. Los demócratas, que son mayoría en el Congreso, han instado a Bush a llevar cambios urgentes en su estrategia en Irak.
El pasado mes de octubre el periódico Washington Post anunció que el Ejército estadounidense tenía intención de reducir el número de soldados desplegados en Irak, dentro de un plan de regreso de miles de ellos para el verano de este año. El general Petraeus, encargado de las tropas en Irak, quiere pasar de 20.000 combatientes a 15.000 en los próximos ocho meses.
Exigencias a Irán
El mandatario norteamericano, que ha dejado la puerta abierta a la vuelta de soldados, también exigió a Irán que detenga su apoyo a las milicias chiíes iraquíes.
"Irán debe parar su apoyo a las milicias", dijo Bush, que también se ha referido a Siria como uno de los países que menos hacen por evitar la violencia en Irak y ha demandado a Damasco mayor control de sus fronteras para evitar el flujo de terroristas suicidas.
La gira por Oriente Próximo llevará a Bush en las próximas horas a visitar Arabia Saudí y Bahrein. El objetivo de la gira es buscar el apoyo de los aliados árabes al proceso de paz palestino-israelí y ayudar a contener la creciente influencia de Irán en la región.
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