"Temí por mi vida desde el primer momento"
La argentina secuestrada en Somalia narra algunos pasajes de su cautivero
"Temí por mi vida desde el primer momento". Pilar Bauza, la enfermera argentina de 25 años secuestrada en Somalia el pasado 26 de diciembre junto a la médica española Mercedes García y liberada ocho días después, relató ayer en Buenos Aires cómo fue el secuestro perpetrado por una banda de somalíes. "Incertidumbre y miedo", fueron las dos palabras que empleó la voluntaria de Médicos Sin Fronteras para describir sus sentimientos durante el cautiverio.
Bauza se dirigía junto a García al hospital donde de Bosaso donde ambas atendían a cientos de niños aquejados de desnutrición severa. "Íbamos montadas en la furgoneta en la que nos trasladábamos todos los días hablando de cosas de trabajo cuando de repente frenó bruscamente. Y de pronto los secuestradores estaban allí", explicó la enfermera quien no pudo precisar el número de hombres que las raptaron ni quiso revelar si les vendaron los ojos. "Me gritaban cosas pero yo no entendía porque no hablo somalí. Supongo que me amenazaban".
Bauza y García fueron trasladadas hasta una zona montañosa donde sus secuestradores las obligaban a dormir al raso y a trasladarse a pie de un lugar a otro. "Nos daban comida y agua, pero estábamos secuestradas y ese es un hecho que está por encima de todo lo demás". Los secuestradores no hablaban con sus prisioneras. "Tampoco había mucho de qué hablar", apostilla Bauza.
Ajenas al motivo de su secuestro, a las negociaciones que estaba llevando a cabo el Gobierno español y a la repercusión mediática que había suscitado su situación, en la octava jornada de su cautiverio las cooperantes de MSF fueron obligadas a caminar durante media jornada por una zona "de montañas, montañas y más montañas" hasta llegar a un vehículo que ya por la tarde las dejó en la puerta de un hotel de Bosaso. "No sabíamos que ese día nos iban a liberar".
La joven argentina no quiere volver a Somalia y sólo pretende, junto a los suyos, "retomar la vida antes". Considera que sus cinco meses en Somalia junto a Médicos Sin Fronteras son más importantes que el secuestro en sí. Aitor Zabalgogeazcoa, director general de MSF, aseguró ayer que su organización tiene que estudiar si "cometió un error" al enviar el equipo a la zona o fueron las autoridades somalíes las que no cumplieron en garantizar la seguridad de su personal.
Zabalgogeazcoa subrayó que su organización no había pagado nada por la liberación de las cooperantes y explicó que MSF "tiene un contrato no escrito con las autoridades locales. Nosotros cuidamos a sus pacientes y ellas de nosotros. Está claro que en este caso eso no se ha cumplido".
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