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La guerrilla colombiana anuncia la liberación de tres rehenes

Las FARC quieren entregar a los secuestrados al venezolano Hugo Chávez

La guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) dejará en libertad a Clara Rojas, compañera de candidatura de Ingrid Betancourt, y al niño que procreó en cautividad, así como a la ex legisladora Consuelo González, según informó ayer la agencia cubana Prensa Latina desde Bogotá. Los liberados serán entregados al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, o a "quien él decida".

El anuncio fue realizado a través de la agencia cubana Prensa Latina
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Clara Rojas, la fiel amiga de Ingrid Betancourt

Con este gesto, las FARC pretenden lograr la libertad de 500 combatientes en prisión. "La orden para liberarlos en Colombia ya ha sido impartida", según el comunicado que, según la agencia cubana, tiene la firma de todos los integrantes de la cúpula de la guerrilla de origen marxista. Clara Rojas llevaba secuestrada casi seis años -durante el cautiverio dio a luz a un niño, de padre guerrillero, al que bautizó Emmanuel- y Consuelo González, más de siete.

Patricia Perdomo, hija de Consuelo González, se mostró feliz con el anuncio. También dejó claro que no descansará hasta no lograr la libertad de los otros 42 secuestrados que la guerrilla considera "canjeables", entre ellos Ingrid Betancourt, ex candidata a la presidencia, secuestrada en 2002. Las FARC mantienen como rehenes a más de 700 personas.

La posibilidad de entrega de secuestrados por las FARC a Chávez surgió el 21 de noviembre pasado, cuando el presidente colombiano, Álvaro Uribe, decidió poner fin a las gestiones en busca de un acuerdo humanitario con los rebeldes que el dirigente venezolano había asumido como mediador en agosto, previamente autorizado por el Ejecutivo de Bogotá. La decisión del presidente colombiano, que acusó a Chávez de extralimitarse de lo pactado y servir de trampolín político a la guerrilla, fue rechazada por el venezolano, quien se declaró traicionado, llamó a consultas a su embajador en Bogotá y prometió que no mantendrá ninguna relación con el Gobierno de Colombia mientras Uribe siga en el poder. La decisión de las FARC se da como un "gesto de desagravio" a los familiares de los rehenes, a Chávez y a la senadora colombiana Piedad Córdoba, que también medió en las negociaciones. Para las FARC , el portazo que le dio Uribe a Chávez es un acto de "barbarie diplomática".

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El comunicado de ayer es una respuesta a la última propuesta de Uribe, que ha ofrecido una zona de encuentro de 150 kilómetros para las negociaciones. Las FARC califican la propuesta de "improvisada e inaceptable". La guerrilla rechaza las condiciones impuestas por Uribe, que quiere que se dialogue en una zona despoblada. "Es una propuesta para dialogar con el mentiroso comisionado de paz en un lugar inhóspito, remoto y clandestino, con un plazo de 30 días", dicen las FARC en la nota. Insisten, nuevamente, en su posición inamovible. Para que haya acuerdo humanitario es necesario que el Gobierno despeje, es decir, desmilitarice, dos municipios: Florida y Pradera, muy cerca de Cali, la tercera ciudad del país.

En los últimos días, Uribe ha reiterado que políticos -nacionales e internacionales- estaban aconsejando a las FARC no aceptar la zona de encuentro. A cambio, le habrían sugerido liberar a un grupo de secuestrados para arrinconar a Uribe.

El fin de semana , desde Nicaragua, el presidente Daniel Ortega pidió a las FARC la libertad de Ingrid Betancourt. El tono de familiaridad con que se refirió al jefe de las FARC, Manuel Marulanda, -lo llamó hermano-, y la afirmación de que Ingrid podría ser asesinada para culpar a la guerrilla, generaron una nota de protesta.

León Valencia, analista político, ve "lógico" este gesto de la guerrilla más vieja del continente, que engrosa la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea. "Son los únicos interesados en el acuerdo humanitario", dice, y califica la respuesta de "sofisticada" pues no hacen ninguna concesión a Uribe. También, dice, puede ser una señal a Francia. Ingrid Betancourt, ciudadana colombiana y francesa, ha convertido en la carta fundamental de esta negociación.

La madre de Ingrid Betancourt (a la izquierda), sujeta la mano de la madre de Clara Rojas, secuestradas ambas por las FARC en 2002.
La madre de Ingrid Betancourt (a la izquierda), sujeta la mano de la madre de Clara Rojas, secuestradas ambas por las FARC en 2002.
Clara Rojas (izquierda) e Ingrid Betancourt, en julio de 2002.
Clara Rojas (izquierda) e Ingrid Betancourt, en julio de 2002.AP

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