La UE propone regular el diagnóstico en embriones
En 2005 España diagnosticó 322 parejas extranjeras
Cada vez son más las parejas que recurren al diagnóstico genético preimplantacional (DGP) para evitar que su descendencia sufra alguna enfermedad genética hereditaria que padecen ellos mismos o algún familiar. Este procedimiento permite determinar las características genéticas de embriones obtenidos por fecundación in vitro con el fin de seleccionar para su implantación en el útero materno aquellos que están libres del defecto genético que caracteriza la patología que se pretende evitar.
"En Europa se ha triplicado la demanda desde 2002", explican Eleni Zika y Dolores Ibarreta, investigadoras de Instituto de Prospectiva Tecnológica de la Comisión Europea, que acaba de hacer público un informe sobre este procedimiento, en el que han participado 53 centros de 16 países de la UE, "la mayoría de los centros donde se practica", afirma Ibarreta.
La demanda de este tipo de pruebas se ha triplicado en Europa desde 2002
El informe incide en la necesidad de establecer un marco legal a nivel europeo para poder evaluar la calidad de los centros según criterios unificados. "Sólo la mitad de las clínicas y laboratorios tienen un responsable de calidad en su plantilla, y un tercio tienen un programa de evaluación de calidad externa, aunque la mayoría reconoce que debería haberlo", afirma Ibarreta. "Aun así hemos visto que la calidad es buena, se trata de evitar un problema potencial: ante la demanda creciente es necesario establecer controles para que la calidad no acabe bajando", añade.
A nivel comunitario, el marco legislativo sobre la que debería regirse el diagnóstico preimplantacional es la directiva europea sobre células y tejidos humanos, de diciembre de 2004, que cada uno de los países debe trasponer. Sin embargo, no sería suficiente "ya que aunque incluye a los embriones, la DGP requiere un tratamiento específico", afirma Ibarreta.
El informe insiste en la necesidad de que estos centros dispongan de un consejo genético, es decir, de profesionales que informen, asesoren y evalúen el impacto del diagnóstico en los padres, y que además realicen un seguimiento del embarazo. El 94% de los centros dicen disponer de este servicio, "aunque no es seguro que esta asesoría se dé en la realidad", especifica el informe, que reconoce que seguir el embarazo de las pacientes extranjeras que viven en alguno de los países donde el procedimiento está prohibido o limitado por la ley presenta dificultades.
En España se realiza este tipo de diagnóstico en 10 centros, sólo dos de ellos de titularidad pública. En Europa, el 73% de los centros donde se realiza este tipo de diagnóstico son privados.
Según el estudio, en el año 2005 se realizaron en Europa entre 2.000 y 2.900 diagnósticos genéticos preimplantacionales. Más de 700 corresponden a pacientes que viajaron a otros países para recibir un servicio que en su país está prohibido. Es el caso de Alemania, Italia, Irlanda y Suiza, donde la ley prohíbe o limita este procedimiento.
Cerca de la mitad acudieron a algún centro español. "Durante el 2005 en España se recibieron un total de 332 pacientes extranjeras según los datos de los seis centros que han querido responder a esta pregunta, aunque podrían ser más porque otros centros contemplados en el estudio no la han respondido", afirma Ibarreta. También Bélgica y la República Checa reciben un gran número de pacientes extranjeros (127 y 110 respectivamente) no sólo de la UE, sino también de otros países como Estados Unidos, Líbano e Israel.
Algunas parejas se ven obligadas a viajar porque en sus países no existe el test que requieren. España también es uno de los países que cuenta con un mayor número de tests desarrollados para el diagnóstico preimplantacional de enfermedades genéticas. Las patologías más solicitadas son la corea de Huntington, la hemofilia, la distrofia muscular y la fibrosis quística.
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