Robados 300 libros muy valiosos de la biblioteca de Exteriores

La biblioteca principal del Ministerio de Asuntos Exteriores ha perdido en los últimos años (o han sido robados) más de 300 libros de "un altísimo valor histórico y económico", según fuentes conocedoras de las pesquisas que han emprendido Exteriores y la policía para aclarar el paradero de estos manuales. Han desaparecido obras de los siglos XVI, XVII y XVIII, alguno de ellos incunables, que contienen cartas de navegación y mapas de las costas del norte de Europa. El ladrón -o ladrones- ha aprovechado las múltiples deficiencias de seguridad detectadas en los accesos a la emblemática biblioteca del madrileño palacio de Santa Cruz, sede del ministerio. Este robo ha aflorado precisamente ahora, coincidiendo con el que azotó recientemente a la Biblioteca Nacional.

Algunos de los volúmenes más valiosos están escritos en inglés

Exteriores notó el robo en un recuento que se hizo hace meses

Hay temor de que los libros hayan sido vendidos en el mercado negro

Muchos de los libros desaparecidos están datados con anterioridad a 1900 y figuran catalogados como protegidos por el Ministerio de Cultura. Entre lo robado, también figuran libros de la época moderna. No ha sido un robo de un día, sino una acción continuada a lo largo de los últimos años, según los citados medios. Los cacos se han adueñado, por ejemplo, de una valiosa colección de mapas de las costas del norte de Europa del siglo XVIII. También han desaparecido libros de gran formato, cerca de 60 centímetros. Según los mismos medios, algunos libros robados aluden a las islas de Mindanao, al último viaje de Magallanes, al cardenal Richelieu, de Gavidia... Y hay ediciones de Émile Zola y Lucas Fernández, entre otros.

La biblioteca del Ministerio de Asuntos Exteriores, lugar de cita de decenas de investigadores, profesores y alumnos de biblioteconomía, dispone de cerca de 30.000 volúmenes. A ella pueden acceder para consultar libros personas ajenas al ministerio. Solicitan el volumen que desean consultar y un mozo se lo lleva a la sala de lectura. Está prohibido sacar de allí los libros más antiguos.

Recientemente, un alto cargo del ministerio ordenó una reclasificación de todos los volúmenes de la biblioteca. Durante el recuento empezaron a sonar todas las alarmas: se constató que faltaban de las estanterías más de 300 volúmenes. Y lo peor es que parte de ellos eran de gran valor histórico. Fuentes cercanas a Exteriores admiten que el valor de los libros robados "es muy elevado". Hay libros anteriores a 1900, escritos en castellano, en italiano y también en inglés. De hecho, estaban catalogados como integrantes del acervo patrimonial de España y, por tanto, especialmente protegidos por el Ministerio de Cultura.

En Exteriores ha cundido la indignación; máxime, cuando todo indica que una parte del expolio ha acontecido durante el último lustro. "Aunque no se ciñe sólo a este periodo", señalan las citadas fuentes. Han ido desapareciendo poco a poco a lo largo de los últimos 20 años.

El Cuerpo Nacional de Policía ha abierto una investigación y tiene previsto interrogar a los responsables y operarios de la biblioteca. "Tengo entendido que algunos ya han declarado ante la policía; y, obviamente, han dicho que ellos no han sido", señalan estas fuentes.

Una de las hipótesis que se barajan es que algún operario conocedor de las lagunas de seguridad reinantes en la biblioteca los haya sacado a escondidas para venderlos en el mercado negro, actuando en connivencia, o previo pago, con las mafias del mercado negro de libros históricos. Están abiertas todas las líneas de investigación.

Ha sido el propio ministerio el que, tras constatar el expolio, ha puesto los hechos en conocimiento de la policía. El temor en el ministerio, que dirige Miguel Ángel Moratinos, es que los libros más valiosos hayan traspasado ya la frontera española tras caer en manos de las mafias.

La investigación de este robo coincide con la recuperación de algunas de las obras, también de alto valor histórico, robadas en la Biblioteca Nacional a lo largo de los últimos años. El pasado miércoles, el director general de la Policía y la Guardia Civil, Joan Mesquida, recibió de manos del FBI dos de las láminas robadas a la Biblioteca Nacional por el ciudadano español de origen uruguayo César Gómez. Las obras fueron confiscadas en Nueva York. Además, ocho mapas interceptados en Argentina ya se encuentran en España y una undécima página regresará también a la Biblioteca procedente de Australia.