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Los ganaderos critican que Iparlat pague menos por la leche de Euskadi

La empresa asegura que el precio medio a sus socios es superior

La mayoría de los ciudadanos considera que en nuestro país hay excedentes lácteos, pero no es así. La escasez mundial de leche ha hecho que los precios vayan hacia arriba y la subida en los supermercados de España ronda el 12% en un mes. Sin embargo, los ganaderos vascos no se benefician del incremento. El sindicato agrario EHNE critica que la principal empresa vasca del sector, Iparlat, que cada día recoge 490.000 litros en la comunidad autónoma, haya pagado los tres últimos meses por la leche menos en Euskadi que en otras comunidades.

La compañía asegura que garantizan que los precios medios de litro en Euskadi nunca sean superados.

Iparlat dice que su estrategia es comprar el máximo en Euskadi
EHNE asegura que en septiembre se pagó 0,03 euros por litro

El sector lácteo envejece en Euskadi tras años y años de apretarse el cinturón y de ayudas para abandonar la actividad. Ahora que, por el fuerte tirón de la demanda, las cosas han empezado a sonreírles, lamentan que el grupo Iparlat-Kaiku, impulsado por el Gobierno vasco a comienzos de los años 90, pague más el litro de leche en otras zonas de la cornisa cantábrica que en Euskadi. EHNE asegura que en julio pagó 0,042 céntimos más por litro en Cantabria que en Euskadi. En una explotación con una producción media anual de 300.000 litros, la diferencia ronda los 1.000 euros. En agosto el precio al que Iparlat pagó la leche pasó de 0,372 a 0,45 el litro; aun así, los ganaderos asociados en EHNE aseguran el precio es 0,030 euros inferior al del resto de las comunidades del cantábrico. Esa diferencia se ha mantenido en septiembre, pese a la subida general de precios.

Íñigo Barrenetxea, gerente de Kaiku Corporación, asegura que la evolución de los precios se rige básicamente por la oferta y la demanda, y que en ella juega mucho la coyuntura internacional. Ahora mismo hay una demanda muy alta de China y Suramérica, especialmente de leche en polvo, ya que se ha producido una caída de la oferta de productores tradicionales.

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La política de Iparlat, dice Barrenetxea, es comprar en el País Vasco y Navarra el máximo de leche. No obstante, indica que no deben descuidar la dimensión para poder competir y que la estrategia de Kaiku e Iparlat se basa en la expansión en España y en el extranjero. "No voy a entrar en la existencia o no de diferencias de precios. No nos podemos fijar en las puntas. Puede que en un momento el precio sea más alto en una zona que en otra, pero Kaiku garantiza que el precio medio que se paga a sus socios nunca sea superado", indica Barrenetxea.

Alberto Llona, de EHNE, asegura que Iparlat tradicionalmente reacciona tarde a las bajadas o subidas de precio, pero que este año ha sido "espectacular". Anunció subidas de 0,03 euros en julio y agosto por carta y ha tenido que mejorarlas, pero siempre por debajo de otras comunidades autónomas. Llona considera que la reducción progresiva del sector lácteo en Euskadi, donde ya hace tiempo que no se llega a la cuota asignada, hace que Iparlat mire más fuera que dentro. Según EHNE, la empresa considera Euskadi como un mercado propio al que no necesita cuidar igual. Prácticamente, el 100% de los ganaderos de Guipúzcoa venden a Iparlat. En Álava el porcentaje se acerca al 80% y en Vizcaya ronda el 50%.

Barrenetxea asegura que la principal competencia en Euskadi es de Clesa, Pascual y Clas, mientras que la presencia de Danone es testimonial. "La competencia es dura y todos necesitamos el mismo producto, un bien de primera necesidad. Lo que sí puedo asegurar es que no hay un pacto de precios entre empresas", señala Barrenetxea. El responsable de Kaiku afirma que el productor, el ganadero, va a ser el principal beneficiado del fuerte tirón de la demanda de leche.

Un proyecto público

2003 marcó un antes y un después en Iparlat. Una ampliación de capital y la creación de Kaiku Corporación supuso una distribución de tareas. A lo largo de 2004 se puso la estrategia ideada el año anterior. En el capital entraron cooperativas cántabras y la Fundación Kalitatea, dependiente del Gobierno, y el peso de los ganaderos vascos quedó un poco más diluido. El complicado entramado dejó el peso de las cooperativas ganaderas del País Vasco y de Navarra en el conjunto de las dos nuevas sociedades en un 38,769%, según EHNE. Iparlat pasó a ser responsable de la actividad productiva y Kaiku Corporación de la distribución y comercialización.

El apoyo público, especialmente del Gobierno, es uno de las señas de identidad del proyecto desde su origen. De hecho, se mantienen en puestos claves sus promotores, antiguos altos cargos del Departamento de Agricultura como José Manuel Goikoetxea (ex consejero) y Eduardo Urrutia (ex viceconsejero). El Gobierno vasco, a través de Socade, contaría con un 16,6%, otro 9,69% a través de Ezten, y un 5,44% por medio de la Fundación Kalitatea, según EHNE. A este peso de la Administración vasca hay que sumar la Cámara Agraria de Guipúzcoa con un 3,21% y al Gobierno cántabro, que a través de Sodercan cuenta con un 1,8%. El impulso del Gobierno ha sido evidente a todo el proyecto, que desde 1992, en que se creó, hasta el año 2000 acumuló pérdidas compensadas con ampliaciones de capital. También tuvo ayudas públicas.

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