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Reportaje:

Una historia entre la realidad y el delirio

Guillermo Martínez publica 'La muerte lenta de Luciana B.', un libro que, asegura, "no es una novela negra al uso"

Aurora Intxausti

Dramatismo, ambigüedad, afán de justicia y venganza son elementos con los que ha jugado Guillermo Martínez (Bahía Blanca, Argentina, 1963) hasta llegar a construir la trama que encierra La muerte lenta de Luciana B. (Destino). En su génesis, la historia formaba parte de un cuento hasta que el desarrollo de la trama adquirió las dimensiones de una novela. "No es extraño en mi literatura porque mis novelas están cercanas a los cuentos".

Ni en la vida ni en la literatura nada es lo que parece y quizás por ello el escritor ha puesto al lector en la tesitura de decidir cuál de las dos conjeturas que se plantean en la novela es la real. La historia gira en torno a dos escritores muy diferentes, uno enigmático, huidizo y triunfador absoluto, y el otro todo lo contrario, y una mujer, Luciana, que trabajó para ambos escribiendo los textos que ellos le dictaban y de los que se sintió profundamente enamorada. Fueron las muertes primero de su novio y después de sus seres más queridos las que le llevan a vivir aterrorizada y desesperada. El autor mantiene la intriga hasta tal punto que el lector se siente atrapado y en ocasiones inquieto y desasosegado. "La línea de suspense que he logrado mantener obligará al lector a leerla de una sentada. Al menos es lo que deseo".

El lector se ve obligado a decidir qué es real o no entre las propuestas que plantea el autor

La muerte lenta de Luciana B. mantiene un universo que se asemeja bastante al de las tres anteriores novelas del escritor, aunque quizá ésta sea la más alejada del mundo matemático en el que se ha movido en su literatura. "Mi profesión de matemático no hace que mis textos sean sobrios o pragmáticos. Yo imagino las historias igual que el resto de los escritores y las traslado al papel como si fueran cuentos".

Su anterior novela, Los crímenes de Oxford (premio Planeta Argentina en 2003), ha sido traducida a 33 idiomas y adaptada al cine por el realizador vasco Álex de la Iglesia, una película que se estrenará el próximo 18 de enero. En el filme participan los actores John Hurt y Elijah Wood. Tanto el cineasta como el escritor se han mostrado contentos del resultado del rodaje que se ha llevado a cabo en el Reino Unido y que también cuenta con la actriz española Leonor Watling. Martínez, apasionado de las imágenes y del cine desde la infancia, confiesa su devoción por el realizador vasco. "Siempre pensé que si alguien era capaz de llevar a la gran pantalla mi novela, ése tenía que ser Álex de la Iglesia porque me parece un gran cineasta y siempre me ha interesado su trabajo. Las imágenes que he visto me han impactado y la película me ha parecido muy interesante. Estoy muy satisfecho de su película. Es un director que admiro por el ritmo que impone y su modo de narrar. Todos sus filmes tienen una marca personal. Considero que Crimen ferpecto es una de las películas más brillantes de los últimos tiempos".

La incursión de este novelista en el género policiaco se produjo de forma natural porque le gusta plantear los asesinatos como un desafío intelectual. "La muerte lenta de Luciana B. no es una novela negra al uso. Hay investigación policial, pero también hay suspense y un punto psicológico que es muy importante". El enigma que flota sobre todo el relato es llegar a descubrir si las muertes que se producen, todas de miembros o allegados de la protagonista, son accidentes o verdaderos asesinatos. Un enigma que lleva a plantearse si existe o no asesino o si todo es producto del delirio de la supuesta víctima. La muerte lenta de Luciana B. tiene cierto parentesco con Otra vuelta de tuerca, de Henry James. "Es uno de mis escritores imprescindibles y por ello aparece citado a lo largo del relato".

La novela, señala el escritor, "plantea el dilema entre la justicia como reparación social y el deseo de venganza personal, pero también al azar y la casualidad como explicación de los hechos, además de algunas discusiones estéticas".

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Periodista. Trabajó en EL PAÍS entre 1985 y 2021, tanto en la redacción de el País Vasco como en Madrid. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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