_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La crisis del miedo

Durante los últimos meses ha venido cultivándose en los mercados una expectativa de crisis de liquidez, alimentada por la mala calidad de un gran volumen de créditos. El ejemplo más acabado es el de las hipotecas basura o subprime, que puede afectar a 150.000 millones de dólares sólo en Estados Unidos; pero no es el único. Los activos de alto riesgo ya no se trafican con fluidez en los mercados, como demuestra la crisis del banco Bear Stearns, y los dispendios hipotecarios se han terminado después de la quiebra de dos entidades financieras dedicadas a estos menesteres. En un mercado global resulta difícil encerrar el miedo en las fronteras de las economías nacionales. El banco francés BNP Paribas anunció ayer que suspendía tres fondos de inversión, valorados en unos 2.000 millones de dólares, por sus conexiones con los activos hipotecarios estadounidenses de pésima calidad y las bolsas empezaron a caer. La crisis del crédito puso ayer un pie en Europa.

Más información
El BCE se moviliza ante el contagio de la crisis hipotecaria de EE UU
La Reserva Federal inyecta otros 27.782 millones de euros

La respuesta de las autoridades monetarias se ajusta a los cánones de la intervención financiera. El Banco Central Europeo (BCE) adjudicó ayer una subasta de financiación rápida, denominada de "ajuste fino", por importe de 94.841 millones de euros -la más elevada de la historia- al tipo fijo del 4%, destinada a introducir liquidez tras observar tensiones en el mercado del dinero. También como mandan los cánones, fue una acción coordinada con la Reserva Federal estadounidense (Fed), que inyectó 24.000 millones de dólares en el sistema financiero de Estados Unidos para tranquilizar a los inversores, al borde del pánico. El mensaje del BCE y de la Fed es claro y contundente: no se va a permitir una crisis financiera causada por la falta de liquidez. No hay razones estructurales que alimenten o justifiquen un estrangulamiento monetario.

La intervención en los mercados monetarios frenará probablemente el miedo a corto plazo y tranquilizará a los inversores. Pero el problema de fondo es la profunda imbricación entre los créditos solventes y los de ínfima solvencia. De hecho, las instituciones financieras tienen hoy dificultades para calcular y separar los créditos buenos de los ruinosos. La incertidumbre es la principal causa de esta crisis del miedo. Por tanto, el movimiento obligado de las instituciones crediticias es separar el grano de la paja para acotar el riesgo en los límites aceptables para el mercado.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_