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Los vertederos rechazan recibir el pescado echado a perder en Albal

Los trabajos de extracción del pescado echado a perder en el almacén de Albal (Valencia), en el que el pasado jueves se declaró un incendio que afectó a unas 3.000 toneladas de pescado congelado están paralizados porque los vertederos se niegan a seguir recibiendo este material, según informó ayer el alcalde del municipio, Ramón Marí. Este explicó que sólo han podido sacar de la nave una décima parte del pescado estropeado y que el resto continúa en las cámaras frigoríficas. El alcalde lamentó que los vertederos no quieran recibir este producto, una decisión que no entiende, ya que se trata de materia orgánica que no conlleva problemas de contaminación.

Marí, quien consideró que la negativa de los vertederos se debe a "presiones de algún grupo político", manifestó que el director general de Calidad Ambiental de la Generalitat, Jorge Lamparero, les había dicho que tenían a su disposición varios vertederos, en los que poder depositar el producto, "incluso durante el fin de semana".

Lamparero, por su parte, que aseguró que "las toneladas de pescado congelado que se están retirando de la nave incendiada en Albal no constituyen ningún problema de salud pública, y sólo constituyen un problema de alimentos destinados al consumo humano que hay que destruir para evitar que lleguen al mercado por motivos de seguridad". Y afirmó que la Comunidad Valenciana "cuenta con instalaciones perfectamente preparadas para eliminar estos residuos", y que las empresas encargadas de ello "ya están avisadas para que no exista el más mínimo problema de demora en la descarga de los camiones conforme vayan llegando a los vertederos".

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