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Lo que molesta a la Iglesia católica

J. A. Aunión

El respeto a la diversidad y el rechazo del racismo, la xenofobia o la homofobia. La igualdad entre hombres y mujeres. Los derechos y deberes de los ciudadanos y las sociedades democráticas. Todo ello dentro de lo que marca la Constitución española y la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Esto es lo que enseñará la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Los libros de texto ya están publicados y así lo recogen. ¿Qué es lo que les molesta tanto a los obispos?

Lo primero es la mención de la homosexualidad que, según ellos, hace que "el sexo, es decir, la identidad de la persona como varón o como mujer, sea suplantado por el "género". Durante la redacción de estos contenidos, el Gobierno consultó a la patronal de los colegios concertados católicos, FERE, y se quitó la referencia explícita a los matrimonios homosexuales dentro del capítulo dedicado a las familias. Algunos libros de texto lo han incluido de todas formas.

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Tampoco parecen dispuestos a admitir -en contra de un buen número de teólogos o filósofos- el derecho del Estado a educar en valores, de forma que se ayude al alumnado a "construirse una conciencia moral y cívica acorde con las sociedades democráticas, plurales, complejas y cambiantes en las que vivimos". Creen que se les adoctrinará ideológicamente. Sin embargo, esta materia recoge las directrices europeas que indican que los niños cuando acaben la educación obligatoria han de saber comportarse como ciudadanos de su mundo. Es lo que llaman "competencia cívica y social". En 15 países europeos la Ciudadanía es una materia específica para abordar estas competencias, como recordó de nuevo ayer el Gobierno.

Los obispos han hecho de Educación para la Ciudadanía el estandarte de su rechazo a la ley educativa aprobada en 2006. Junto con algunas asociaciones y el apoyo del PP, han invitado a los padres a no llevar a sus hijos a estas clases, es decir, a la desobediencia civil, que dejaría a los alumnos sin el graduado escolar. En su empeño, los obispos han llegado hasta abroncar a los colegios católicos porque se mostraron dispuestos a impartir esta asignatura obligatoria.

La postura de los obispos contrasta con la de asociaciones cristianas como Cristianisme al Segle XXI, que defendió ayer la asignatura. Por su parte, el Ministerio de Educación invitó una vez más a consultar los contenidos de la materia (http://www.mec.es/) y aseguró, de nuevo, que los mismos "no van en contra de la moral de nadie, sino que se centran en valores compartidos por todos los demócratas".

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Sobre la firma

J. A. Aunión
Reportero de El País Semanal. Especializado en información educativa durante más de una década, también ha trabajado para las secciones de Local-Madrid, Reportajes, Cultura y EL PAÍS_LAB, el equipo del diario dedicado a experimentar con nuevos formatos.

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