171 países regulan la venta de coral, caoba y prendas de piel de lince

Los corales rojo y rosa, favoritos de la industria de la joyería y utilizados desde hace 5.000 años como adorno, han visto protegido su maltrecho futuro. En una reunión recién clausurada en La Haya, los 171 países firmantes de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna (CITES, en sus siglas en inglés) han acordado regular su venta. El coral de los collares y los anillos no es el animal celentéreo que llamamos así por extensión. Es la masa calcárea ramificada, o polipero, que lo mantiene unido. De gran belleza una vez pulida, su pesca indiscriminada en el Mediterráneo y el Pacífico occidental ha reducido mucho sus colonias. Según la medida incluida en la Convención, la pesca sólo será permitida cuando no comprometa la reproducción de la especie. Aunque no entrará en vigor hasta dentro de 18 meses, ya la apoyan joyerías de fama mundial, como Tiffany, para no asociarse a la destrucción de arrecifes.

CITES es un acuerdo internacional que sirve también de marco legal para prohibir, o bien regular, la venta de especies en peligro. Una de ellas, el lince ibérico, sufre por su escaso número en la península y también por culpa de unos parientes más numerosos. Se trata del lince americano cuya caza está permitida, aunque con controles por parte de la Convención, en Estados Unidos. El problema es que la piel de ambos animales no se diferencia a simple vista. Sólo sus orejas y rabo son distintas, detalle que no cuenta a la hora de confeccionar un abrigo que puede costar hasta 20.000 euros. De ahí que en la cita de La Haya se acordara mantener la protección oficial, pese a la postura contraria de EE UU que entre 2001 y 2005 exportó más de 28.000 pieles.

Aunque las medidas para la defensa de la fauna ocasionan grandes debates, esta vez fue un árbol el que generó sonoras discusiones. La caoba, muy apreciada por su color rojizo y procedente de Brasil, Bolivia y en especial Perú, puede desaparecer. Esta vez no ha sido prohibida la exportación, pero Perú sólo podrá talar 5.000 metros cúbicos de madera, en lugar los 13.000 actuales.