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Reportaje:

Recetas para ganar horas

Andalucía ha dispensado desde 2003 más de 18 millones de prescripciones electrónicas

Tereixa Constenla

Petra entra en la farmacia del barrio sevillano del Porvenir, donde reside, para preguntar cuándo le toca llevarse sus píldoras para dormir. El farmacéutico introduce su tarjeta sanitaria en un lector electrónico e, inmediatamente en la pantalla del ordenador, se muestra la pauta médica -media pastilla al día- y que cuenta con existencias. "Aun tiene que tener en su casa", le dice. Petra admite que sí, que temía quedarse sin ellas. "A partir del lunes, ya puede llevárselas", le aclara el hombre, tras hurgar en el historial de la farmacia para descubrir cuándo se llevó la última caja y cuándo se le agotará.

La receta electrónica sirve para que nadie acumule medicamentos en su hogar porque sólo permite retirar el tratamiento en la farmacia cuando faltan diez días para que se agote la entrega anterior. Éste es sólo uno de los positivos efectos secundarios del sistema implantado en Andalucía de forma progresiva desde hace tres años, que ha permitido dispensar 18,5 millones de recetas electrónicas.

La consejera andaluza de Sanidad calcula que se podría ahorrar el 20% de las consultas

Salvo que esté enferma, Petra ya sólo tiene que ir a su médico dos veces al año para que le prescriba sus somníferos. Según cálculos de la administración andaluza, los ciudadanos se han ahorrado 27 millones de horas que antes empleaban en ir al centro de salud a buscar recetas de papel. La cobertura del medio electrónico alcanza ya a cuatro millones de personas, más del 52% de la población andaluza. "Ahora estamos en el 15%, pero calculamos que se podrían ahorrar el 20% de las consultas", indica la consejera andaluza de Salud, María Jesús Montero.

En la farmacia sevillana de Enrique Ojeda se emplea desde el 31 de octubre de 2006. Como la suya, hay 2.400 boticas repartidas por la comunidad que pueden dispensar medicamentos prescritos de forma digital en la consulta médica. Son casi el 67% del total de farmacias, según la consejera.

Los enfermos crónicos y las cuidadoras de este tipo de pacientes son los colectivos más beneficiados. "El paciente se ahorra las colas y se le quita el trámite cuasi burocrático para continuar un tratamiento crónico", expone Ojeda. No son los únicos beneficiados. Los médicos se liberan de una labor rutinaria administrativa que contribuye a cargar sus consultas. Medido en horas: 551.000 al año, que ahora los facultativos emplean en actos exclusivamente médicos.

Bautizado como Receta XXI, el programa andaluz arrancó de forma experimental en 2003 en el barrio sevillano de Torreblanca. El éxito fue inmediato. El médico Juan Suárez-Varela, por ejemplo, suprimió las dos horas semanales que reservaba sólo para recetar. De una tacada, un facultativo prescribe el tratamiento de un paciente para los siguientes seis meses. La pauta se graba digitalmente, de forma que cualquier farmacia adherida al programa puede consultar la decisión del médico siempre que disponga de la llave de acceso: la tarjeta sanitaria del paciente. Así se garantiza la confidencialidad en el acceso a la información -sólo es posible con la tarjeta del usuario-, al tiempo que se universaliza: el paciente puede ir a cualquier farmacia que tenga el programa en cualquier lugar de Andalucía.

Los boticarios suministran la medicación de forma escalonada e incluso pueden alertar a los doctores de cualquier reacción adversa o contraindicación que observen. Por esta vía se han tramitado 2.800 avisos a médicos de familia. En sentido inverso, los facultativos han enviado 8.700 avisos a farmacéuticos para que refuercen la adherencia del paciente al tratamiento. "Con la receta electrónica, la farmacia juega un papel de más calidad", señala la consejera. De hecho, el sistema andaluz se ha diseñado a tres bandas: sanitarios, farmacéuticos e informáticos.

El modelo andaluz inspira a otros. "La receta electrónica no es sacar un papel impreso desde el ordenador", ironiza Montero. El Servicio Andaluz de Salud ha recibido visitas de delegaciones de Canadá, Francia, Suecia, Italia y Portugal, entre otras, y de numerosas comunidades autónomas. La propia comisaria europea de la Sociedad de la Información, Viviane Reding, elogió a Andalucía como "una de las regiones punteras" de la Unión Europea en el desarrollo de tecnologías de la información en el campo de la salud.

La receta electrónica se enmarca dentro de una estrategia de salud digital más amplia, que pivota alrededor del programa Diraya, que también permite obtener citas para pediatras y médicos de familia a través de Internet y posibilitará el acceso a ocho millones de historias clínicas desde cualquier centro sanitario andaluz cuando esté plenamente implantado. Será una de las bases de datos digitalizados más vastas de Europa.

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

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