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Tragedia en África

EE UU impone nuevas sanciones a Sudán por no detener el "genocidio" en Darfur

Bush prohíbe cualquier negocio con 31 empresas y busca una resolución más dura de la ONU

Antonio Caño

Bajo una fuerte presión política interna, el presidente norteamericano, George Bush, anunció ayer nuevas sanciones económicas contra el régimen de Sudán por negarse a detener el genocidio en Darfur y prometió una nueva iniciativa internacional para acelerar la actuación de las Naciones Unidas en ese territorio. Estas medidas llegan después de muchos meses de pasividad de parte de las potencias occidentales y es dudoso que sirvan para cambiar la posición del Gobierno sudanés, que conserva el apoyo de China, comprador de dos terceras partes del petróleo que produce este país.

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"Prometo esto al pueblo de Darfur: Estados Unidos no va a cerrar sus ojos ante una crisis que desafía la conciencia del mundo", dijo Bush en una declaración grabada ayer en la Casa Blanca. El presidente acusó al régimen de Omar Hassan al Bashir de complicidad con el bombardeo, asesinato y violación de miles de civiles inocentes. "Mi Administración califica estas acciones de manera clara: genocidio. Y el mundo tiene la responsabilidad de ayudar a ponerle fin", manifestó.

Con ese propósito, el Gobierno norteamericano prohíbe cualquier tipo de negocios con 31 empresas de Sudán acusadas de estar bajo control de figuras del régimen sudanés o de haber participado en el envío de armas a la región de Darfur. Entre estas empresas se encuentran algunas vinculadas a la industria del petróleo, producto esencial para la supervivencia de ese país.

El Departamento del Tesoro norteamericano ha elaborado también una lista de cuatro dirigentes políticos sudaneses a los que se prohíbe todo tipo de actividad dentro del sistema financiero de Estados Unidos.

Estas medidas pretenden vencer la resistencia de las figuras que ostentan el poder en Jartum. El Gobierno de Al Bashir se ha negado a permitir el despliegue de tropas de la Unión Africana encargadas por la ONU de garantizar la seguridad en Darfur, donde más de 200.000 personas han muerto y dos millones se han visto obligados a abandonar sus hogares en los últimos cuatro años.

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Pero quizá la medida política de mayores consecuencias anunciada ayer por Bush fue la de instruir a su secretaria de Estado, Condoleezza Rice, para que intente la aprobación por parte del Consejo de Seguridad de la ONU de una nueva resolución que permita actuar de forma más contundente en Darfur.

EE UU intentará que esa resolución imponga un total embargo de armas a Sudán, prohíba los vuelos sobre Darfur por parte del Gobierno de Jartum y cree un sistema de inspección que permita vigilar con garantías la evolución de los acontecimientos.

"Demasiado poco y demasiado tarde", dijo ayer David Rubinstein, el director ejecutivo de la Coalición Salvar Darfur, una influyente organización de la que forman parte relevantes figuras del mundo del espectáculo, como el actor George Clooney, y que cuenta con enormes simpatías entre la mayoría demócrata del Congreso, sobre todo entre los senadores y representantes negros. "El presidente tiene que marcar un corto e inflexible límite para que el Gobierno de Sudán cumpla con sus compromisos", añadió Rubinstein.

Tarde, desde luego, sí que llega la reacción. Han pasado ocho meses desde que Bush dijera desde la tribuna de la Asamblea General de la ONU que "si el Gobierno sudanés no permite el despliegue de cascos azules, la ONU tiene que actuar". Pero es más discutible que estas medidas sean escasas. Lo son, seguramente, para la gente que sufre sobre el terreno la dramática situación denunciada. Pero no si se tiene en cuenta que es muy probable que ni siquiera esta modesta iniciativa consiga vencer el veto de China en el Consejo de Seguridad.

China es el principal socio comercial de Sudán y el comprador de dos terceras partes del petróleo que produce ese país. El Gobierno chino comparte en términos generales la posición de Jartum de que la situación en Darfur no es tan grave como se dice y que las cifras de muertos y refugiados han sido exageradas por los organismos internacionales. Un enviado de China visitó recientemente la región de Darfur y llegó a la conclusión de que la situación allí no era desesperada y que la gente no estaba muriendo de hambre.

Es difícil que, hoy por hoy, China cambie de postura para apoyar la propuesta de Bush. La Coalición Salvar Darfur está, no obstante, ejerciendo mucha presión en ese sentido sobre uno de los pocos puntos débiles que el régimen de Pekín exhibe en la actualidad: la organización de los Juegos Olímpicos de 2008. Los partidarios de actuar contra Sudán están amenazando con un boicoteo activo a las Olimpiadas si China no corrige su política sobre Darfur.

Cinco mujeres violadas por las milicias árabes de Sudán al sur de Darfur en 2006 posan en un campo de refugiados el pasado abril.
Cinco mujeres violadas por las milicias árabes de Sudán al sur de Darfur en 2006 posan en un campo de refugiados el pasado abril.AP

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