Chávez propone un frente del gas natural contra EE UU y el etanol
El presidente venezolano convoca la I Cumbre Energética Suramericana
Biocombustibles o gas natural y más petróleo, he ahí el dilema. La tensa confrontación política que mantienen Estados Unidos y el bloque de Gobiernos de izquierda de América Latina, liderados por el presidente venezolano, Hugo Chávez, ha entrado en el estratégico escenario de la energía. La I Cumbre Energética Suramericana, que se celebra en la isla venezolana de Margarita, tiene como tema fundamental esta pugna, aun cuando Washington -principal defensor del etanol- no figura entre los invitados.
Varios países de la región, con Brasil como cabeza visible, ven con buenos ojos la propuesta de George W. Bush de estimular el uso de etanol (un alcohol producido a partir de maíz o caña de azúcar) para sustituir a los combustibles fósiles, principalmente en los vehículos. Mientras tanto, Venezuela, el productor petrolero más importante de la región, sostiene que tal proyecto conducirá a una grave distorsión, pues las zonas cultivables serán destinadas a la producción de materias primas para los biocombustibles en lugar de a la alimentación de los pueblos.
Como contrapropuesta, Venezuela está sometiendo a consideración de sus vecinos un ambicioso proyecto de industrialización y distribución a escala continental de las grandes reservas de gas natural que también posee esta nación.
El plan, en el que se inscribe la construcción del gran gasoducto del sur, contempla la explotación de los yacimientos de este hidrocarburo que igualmente tiene Bolivia. De ahí que uno de los aliados principales de Chávez sea el mandatario boliviano, Evo Morales.
Según Chávez, Venezuela tiene ya certificados 330 billones de pies cúbicos de gas en yacimientos ubicados tanto en su territorio continental como marino. Bolivia tiene 50 billones de pies cúbicos, pero aún faltan muchas prospecciones por realizar. Ese gigantesco potencial permitiría asegurar el suministro de combustibles para automotores y usos industriales y domésticos de todo el subcontinente hasta por 300 años, de acuerdo a estimaciones del presidente venezolano.
La propuesta del etanol tiene el apoyo de Brasil, país que ha desarrollado este tipo de combustibles desde la década de los setenta. También han expresado simpatías Colombia, Perú, Chile y Paraguay.
Venezuela y Bolivia tienen, por su parte, apoyo de Argentina (país que sería el destino final del gran gasoducto del sur) y Ecuador (país petrolero ahora dirigido por un aliado de Chávez, Rafael Correa).
La polémica ha amenazado con agriar las relaciones entre el mandatario venezolano y su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, quien este año ha sostenido dos reuniones con Bush sobre el etanol. Chávez, sin embargo, ha señalado: "Jamás nos pelearemos con Brasil, jamás nos pelearemos con Lula, porque nuestro enemigo es el imperio norteamericano".
Ausencia de Tabaré Vázquez
Los dos presidentes mostraron ayer su amistad personal y las buenas relaciones comerciales brasileño-venezolanas, al colocar la piedra fundacional de una planta petroquímica en el Estado oriental de Anzoátegui, que será operada por una compañía binacional.
La I Cumbre Energética Suramericana, cuya declaración final será emitida hoy, ha movilizado a decenas de miles de personas hacia Margarita, la principal isla turística de Venezuela. Unos 4.800 funcionarios policiales y militares tienen a su cargo la custodia de los asistentes, mediante una operación naval, aérea y terrestre, en lo que se ha llamado la Operación Paramaiboa, en honor de un guerrero indígena de la etnia caribe.
Entre los mandatarios que ya han arribado a Venezuela se encuentran Evo Morales, Lula da Silva y Nicanor Duarte (Paraguay). Anoche se aguardaba también a Michelle Bachelet (Chile), Álvaro Uribe (Colombia), Rafael Correa (Ecuador), Alan García (Perú), Néstor Kirchner (Argentina) y Bharrat Jagdeo (Guyana).
Tabaré Vázquez, de Uruguay, envió en su lugar al vicepresidente Rodolfo Nin Noboa. Fuentes periodísticas uruguayas aseguran que Vázquez quiere expresar así su disgusto por la actitud de Chávez, quien realizó un acto contra la presencia de Bush en Suramérica justo cuando el mandatario estadounidense era huésped de Uruguay.
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