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Reportaje:

Euskadi suspende en consumo de biocombustibles

La producción de carburantes ecológicos se acerca a los objetivos de la UE, pero su uso no llega a niveles mínimos

Pedro Gorospe

El sector de los biocombustibles -biodiésel y bioetanol- está en plena ebullición en el País Vasco, aunque sólo desde el punto de vista de la producción. Al igual que sucede en el resto de España, los ciudadanos de la comunidad autónoma y sus empresas e instituciones, con escasas excepciones, suspenden en "bioconsumo". Si la UE se propuso que en 2005 el consumo de biodiésel alcanzara el 2% del total de combustibles para el transporte, el pasado año en Euskadi no se llegó a consumir ni el 1%.

En Euskadi la única planta operativa es de la firma Bionor-CIE Automotive y tiene que exportar el 60% de su producción, unas 16.000 toneladas. Sin embargo, hay otros cinco proyectos para instalar plantas productivas -una en Álava y cuatro en el puerto de Bilbao- con una capacidad total de unas 400.000 toneladas.

"No hay un aliento institucional al consumo", critica el presidente de Bionor

Desde el punto de vista del consumo, en el País Vasco sólo hay 12 gasolineras que expenden biodiésel, siete de ellas de Eroski. Pero ni siquiera existe un compromiso del sector público para utilizar los biocombustibles, y así contribuir a sus propios objetivos medioambientales. El Gobierno vasco no ha regulado el consumo obligatorio en su amplísima flota de vehículos. En el campo del transporte público sí se han sumado los ayuntamientos de Bilbao y San Sebastián, aunque todavía no el de Vitoria.

La falta de información, al tratarse de unos combustibles relativamente nuevos, también opera y hay compañías de automoción que ponen trabas a su uso. "Nos amenazaron con la retirada de las garantías de los vehículos si usábamos biodiésel", indica el responsable de una empresa con más de 50 camiones.

Los productores han demostrado que su uso es inocuo para los motores. Sí que es cierto que, al ser algo menos calorífico consume un poco más. "Pero el beneficio medioambiental es inmenso al ser un combustible limpio. La pregunta es si las empresas y los ciudadanos están dispuestos a contribuir, en algún caso quizás con un pequeñísimo sobreprecio, a consumir una energía más limpia", dice Alfonso Ausín, el presidente de Bionor. Se trata de la única empresa que, de momento, produce biodiésel en Euskadi y que va a ampliar de 33.000 a 140.000 toneladas la capacidad de su planta de Berantevilla (Álava).

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A pesar de esa situación, "de momento, no hay un aliento institucional global al consumo", critica Ausín. La producción de biocombustibles es más cara, pero recicla aceites vegetales de deshecho y reduce drásticamente la generación de CO2. Los productores disfrutan de medidas fiscales para que el precio del litro sea igual al del gasóleo, pero esa protección se tiene que acabar a finales de 2012.

Sin embargo, las perspectivas de negocio son buenas, ya que tanto la UE como los administraciones española y vasca se han marcado objetivos y plazos. El Gobierno vasco fija en su plan 3E que el 11,9% de todos los combustibles para el transporte han de ser biocombustibles en 2010. Faltan tres años y todavía no se consume ni el 1%. "Esto no va a cambiar si no se toman medidas", dice Ausín.

La UE también se ha marcado unos objetivos de consumo, aunque más moderados: llegar al 2% en 2005 y al 5,75% en 2010. "Ya ha pasado un año largo desde 2005 y el consumo de biocombustibles no llega al 1%", agrega. De los 26 millones de toneladas de gasóleo que consumió el transporte en España el pasado año apenas 250.000 toneladas fueron de biocombustibles".

Obligar a las petroleras

Ante la falta de conciencia ecológica del consumidor y el desinterés de las grandes compañías petroleras, los empresarios del sector confían en la implantación de nuevas medidas como la obligatoriedad del consumo. Francia, Italia, Holanda y Austria ya han legislado en se sentido.

En Alemania, a partir de este año, la gasolina debe contener un 2% de bioetanol y el gasóleo, un 4,4% de biodiésel; en el Reino Unido serán obligatorias mezclas del 2,5% para el bienio 2008-2009 y un 3,75% para 2009-2010, explica un portavoz de la asociación de productores de biocombustibles APPA, la plataforma que agrupa a la mayoría de los productores españoles.

Sin embargo, y a pesar de que existen perspectivas de negocio, el sector también tiene planteados varios dilemas. El principal es la materia prima. Ausín precisa que para elaborar 100.000 toneladas de biodiésel una planta necesita las oleaginosas que produciría un campo de 30 kilómetros de longitud por 30 kilómetros de anchura. Si se pretende conseguir que el 10% del consumo futuro sea de biocombustibles, "no va a haber tierra suficiente en Europa", advierte.

En la búsqueda de soluciones para ese problema, la empresa Bio Fuel Systems ha propuesto crear biodiésel a partir de las células grasas del fitoplancton. Una línea de investigación que podría evitar el encarecimiento de la materia prima ante el aumento de demanda. Otros confían en las oleaginosas transgénicas.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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