La UE y Francia prometen a Líbano 900 millones de ayuda
El primer ministro Siniora se niega a celebrar elecciones anticipadas como exige Hezbolá
La víspera de la apertura en París de la tercera Conferencia Internacional de Donantes para Líbano, los países occidentales y las monarquías petroleras del Golfo preparaban sus chequeras. La ayuda para reconstruir lo que arrasaron los bombardeos israelíes el pasado verano y evitar la quiebra del Estado libanés superará lo recaudado en las dos anteriores. Francia anunció ayer un préstamo de 500 millones de euros y la Unión Europea otro de 400 millones.
El primer ministro libanés, Fuad Siniora, llegó ayer por la mañana a la capital francesa tras haberse visto obligado a aplazar su viaje por la huelga general que el martes paralizó el país y se cobró tres vidas. Siniora consiguió salir de Beirut por la mañana y, tras entrevistarse con el presidente francés, Jacques Chirac, descartó en una conferencia de prensa la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones anticipadas, como pide la oposición a su Gobierno encabezada por el partido chií Hezbolá.
Chirac, amigo personal y gran valedor del asesinado ex primer ministro libanés Rafik Hariri, se ha involucrado personalmente en esta conferencia y apuesta por la continuidad del Gobierno de Siniora, que fuera ministro de Finanzas de Hariri. Como explicaba ayer el portavoz del Elíseo, Jerome Bonnafont, el préstamo francés, en condiciones "muy ventajosas", es "una contribución muy significativa como expresión de la profunda amistad, solidaridad y confianza que unen a Francia y Líbano y todos los libaneses".
Siniora, por su parte, reconocía que la situación en su país se desliza hacia una guerra civil, pero insistía en la legitimidad de su Gobierno, en tela de juicio desde que Hezbolá lo abandonó. En su opinión, la huelga general del martes saldada con tres muertos y 173 heridos, "es el resultado de la quiebra del diálogo que nos ha devuelto al punto de partida". "Tomar las calles", añadió, "sólo empeorará la situación y aumentará las tensiones".
Respecto a la celebración de elecciones anticipadas, como pide la oposición, Siniora considera que el clima "está demasiado cargado" y que se deslegitimarían las reglas del sistema democrático. Reconoció, sin embargo, que "al final del día habrá que sentarse, pensar y actuar con sensatez" y que mantiene "la mano tendida" para el diálogo. Siniora espera obtener de la conferencia un respaldo "muy fuerte" de parte de los países árabes y de la comunidad internacional. "Ayudar a Líbano costará mucho menos que no ayudarlo", aseguró. "Hay cosas que pagar", dijo, "el Ejército libanés que, afortunadamente, ahora ocupa el sur de Líbano, necesita ser pagado; hay que comprar armas; la operación completa en Líbano debe ser garantizada". Líbano tiene una deuda externa de 41.000 millones de dólares (31.636 millones de euros), el 180% de su producto interior bruto (PIB).
Intereses europeos
Francia, que como España, forma parte de las tropas de Naciones Unidas desplegadas en el sur de Líbano tras la última guerra, está además ligada al país de los cedros como antigua potencia colonial. Así, oficialmente, el Elíseo apoya sin fisuras la continuidad del Gobierno de Siniora, pese a que en Francia ya son muchos quienes dudan de su legitimidad política -de la constitucional nadie duda-. Chirac, según su portavoz, expresó a Siniora su deseo de que "el espíritu de unidad y de diálogo prevalezca en el respeto de las instituciones libanesas y de su Gobierno legítimo, salido de unas elecciones democráticas".
Para la Comisión Europea, la ayuda financiera en créditos blandos fue decidida ayer con la idea de que sean destinadas a reforzar las reformas planteadas por Siniora, calificadas de "paso importante" para la estabilización del país por José Manuel Durão Barroso, presidente de la Comisión. Esa cantidad se suma a los alrededor de 100 millones allegados por el Ejecutivo comunitario a Líbano desde los desastres del pasado verano, informa Ricardo M. de Rituerto desde Bruselas.
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