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Entrevista:ANTONIO MIRÓ | Diseñador | Los caminos de la moda

"Lo que hice no es frívolo"

Ana Pantaleoni

La moda sigue rumbos diversos e imprevistos en el nuevo milenio, evidenciando su actualidad y su capacidad de generar debate e incluso polémica. Como en el caso del último desfile, el jueves, de Antonio Miró en la Pasarela Barcelona, criticado por algunos porque hizo desfilar a inmigrantes senegaleses sin papeles. Miró defiende su iniciativa y sale al paso de los que juzgan que fue una frivolidad. Por su parte, Aliou Niang, uno de los sin papeles que desfilaron, no se considera explotado y dice que disfrutó la experiencia. En Barcelona es noticia también la presencia en la feria de moda Bread and Butter del rapero Coolio, con su propia línea de ropa. Y mientras, en Teherán, desfila la moda iraní más ortodoxa.

"Me preguntaron si les pagaría y contesté que sí, en forma de donación"
"Es más frívolo poner un famosillo, aunque todo el mundo es libre de ser famoso"
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"Ese rato desfilando al menos disfruté de la vida"

Antonio Miró, nacido en Sabadell (Barcelona) en 1947, estudió sastrería en 1965 e hizo su primer desfile en 1976. Ayer fue noticia no por su ropa sino porque decidió fichar a un grupo de inmigrantes para desfilar en la Pasarela Barcelona. Los críticos lo consideran frívolo. El diseñador lo niega rotundamente.

Pregunta. ¿Por qué decidió incorporar a su equipo de modelos a ocho inmigrantes senegaleses?

Respuesta. Es como el guión de una película. Yo cojo una idea para hacer un desfile. Vi a estos señores en los cayucos. Ellos tienen una elegancia y una dignidad que intuí y decidí proponerles desfilar. Quería hacer algo que explicara algo aparte de lo que es un desfile normal. No hay que olvidar que en un desfile hay música, ropa y personas.

P. ¿Eran personas sin papeles?

R. Había unos con papeles y otros no. El director de la asociación les explicó a estos jóvenes si les parecía bien desfilar y les entusiasmó la idea. Me preguntaron si les pagaría y contesté que sí en forma de donación. Recuerdo que una vez en una calle de París vi a un señor que, a cero grados, iba descalzo y con camiseta. No era un vagabundo, era un hombre mayor con barba larga. Le propuse si quería desfilar en la pasarela al día siguiente. Aceptó. Era un hombre especial, no le pregunté si tenía o no papeles. Al día siguiente desfiló y punto. Llevo muchos años poniendo a gente no profesional en los desfiles.

P. ¿Piensa establecer algún tipo de relación con ellos?

R. En principio, no, pero existe la posibilidad de que los contrate una agencia. Para mí son unas personas de una sensibilidad y de una prudencia extrema.

P. Los más críticos creen que su iniciativa es una frivolidad.

R. La moda no sé por qué tiene un lado de frivolidad. En principio, yo estaría de acuerdo con esta afirmación si la gente que piensa que es frívola fuera desnuda por la calle. La moda es una de las industrias que da más trabajo. Para mí no es frívola, aunque si hay frivolidad podría ser en estos 20 minutos del desfile. El resto es trabajo duro, muy duro. Muchas horas, tensiones, los tejidos tienen que llegar a tiempo, hay que acertar con el patrón, la red de ventas tiene que ser la adecuada, hay mucha crisis..., para mí decir que la moda es una frivolidad es un insulto. Y todavía es más insulto decir que lo que yo hice ayer es frívolo. ¿Por qué un director de cine hace una película sobre la prisión y no es ninguna frivolidad? El cine llega a hacer cosas tan terribles como una escena que vi hace poco en la que el malo cogía a un niño pequeño con una pistola y el padre estaba delante. El malo decía: "O te suicidas tú o mato a tu hijo". Y esto la gente se lo traga. Que yo coja a un chico para un desfile, de acuerdo que es parte del marketing, pero el que hace la película también quiere vender.

P. ¿Cree entonces que ha sido un acto solidario?

R. Creo en la solidaridad. Como soy demócrata, entiendo que haya gente que no esté de acuerdo. Por mucha polémica, me encuentro muy a gusto y así me defino como soy moral y éticamente.

P. Esta polémica, ¿beneficia a su marca o a la causa?

R. La polémica beneficia al hecho de que se han de llenar páginas de papel. Para mí el 99% de los desfiles que se hacen son un hecho artístico. Yo creo que la persona que pongo encaja estéticamente con mi idea. Creo que es más frívolo poner un famosillo, aunque todo el mundo es libre de ser famoso.

P. ¿No ha hecho esto simplemente para vender más?

R. ¿Y el que hace la película de la prisión no lo hace para vender más? Yo tengo la responsabilidad de que mi marca suene, arrastro a mucha gente y tengo 17 licencias. Mi responsabilidad es hacer mi ropa lo mejor posible y que la marca suene. ¿Por qué la moda tiene que estar limitada y el arte no?

P. ¿Es legítimo que la moda se apunte al carro de las causas sociales?

R. Hay diseñadores a los que no les interesa, pero a mí sí que me interesa, se adapta a mi manera de ser.

P. Pero hay mucha gente que no lo cree y piensa que detrás de esta solidaridad sólo quiere vender más prendas.

R. Es que es verdad que quiero vender más ropa, pero también creo en la solidaridad. Pero si además ayudo y tengo cámaras de televisión para concienciar sobre mi idea, ¿qué más quiero?

Toni Miró, ayer en su despacho en Barcelona.
Toni Miró, ayer en su despacho en Barcelona.JOAN SÁNCHEZ
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Sobre la firma

Ana Pantaleoni
Redactora jefa de EL PAÍS en Barcelona y responsable de la edición en catalán del diario. Ha escrito sobre salud, gastronomía, moda y tecnología y trabajó durante una década en el suplemento tecnológico Ciberpaís. Licenciada en Humanidades, máster de EL PAÍS, PDD en la escuela de negocios Iese y profesora de periodismo en la Pompeu Fabra.

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