"Ese rato desfilando al menos disfruté de la vida"
"Moda en wolof se dice sañ se". Aliou Niang, sudadera gris, chaqueta de cuero, vaqueros y zapatillas, muestra al decirlo una gran sonrisa, luminosa como un amanecer tropical. Nacido en Dakar hace 29 años, Niang, alto, esbelto, definitivamente guapo, de una envidiable elegancia natural, es uno de los sin papeles senegaleses que desfiló el jueves para Antonio Miro. Hasta ahora, en esta entrevista, ha contestado a las preguntas con atemorizado laconismo como si en vez de hacérselas un periodista se las formulara un policía. Será la costumbre.
Sí, pertenece a la etnia volofo (o wolof). Sí, es musulmán. Sí, llegó a España de manera ilegal, por mar. En patera, sí. ¿Fue duro? Mira muy fijo a los ojos antes de contestar: "Sí, bastante". Lleva tres años en España. Habla castellano estupendamente bien pero no catalán. Aún, dice, no ha legalizado su situación. Realiza trabajos esporádicos. Ha estado recogiendo fruta en Huelva, en Lleida. Actualmente, trabaja en una papelería. En Dakar, Niang estudiaba y trabajaba en el taller de su padre (por cierto, el Rally: "Mejor Senegal con rally que sin él").
Le llamaron a Aliou Niang de la Asociación Catalana de Residentes Senegaleses (ACRS) para ofrecerle participar en la selección que Miró hizo en el mismo local de esta organización que ayuda a la inserción social de los emigrantes del país africano. Lo escogieron. Dice que se considera bien pagado. Fueron 150 euros. "Sin firmar nada, sin contrato que yo sepa".
Rememora la experiencia de la pasarela con obvio deleite, el escenario humilde, funcional, de la entrevista -el local de la asociación- disolviéndose por mor de su recuerdo en una tormenta de flases y glamour. El roce lujoso de la ropa de diseño sobre el ébano de su cuerpo endurecido. "Fue como un sueño. Jamás hubiera pensado estar ahí. Lo habría hecho gratis. Me gustó ser modelo. Disfruté la sensación cada momento".
Desfiló con un traje claro. "Me gusta, sí, esa ropa, aunque prefiero la del rap americano". Sabe que es ropa cara, la de Antonio Miró, que, simplemente no está a su alcance. "Lo sé". ¿Le regalaron ropa?, ¿quizá el traje con que desfiló? "No, pero me han dicho que nos darán una camisa". Recuerda que desfilaron ocho senegaleses como él aunque algunos tenían ya experiencia anterior como modelos. Tuvo buena relación con los modelos profesionales en el desfile. Señala que Miró le gustó: "Es muy simpático y muy sencillo".
La polémica. "Me parece un falso debate. No se han aprovechado de nosotros. Esas tres o cuatro horas al menos disfruté de la vida. Olvidé los problemas cotidianos ese tiempo. Veo que hay gente que opina que no estuvo bien. Pero esa gente quizá no tiene los problemas que tenemos nosotros".
Babelia
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