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Crisis energética en Europa

Bielorrusia cierra el paso al petróleo ruso

Minsk se apropia del crudo que circula por su territorio hacia Europa para atender sus necesidades

Pilar Bonet

Los suministros de energía rusa a Europa han vuelto a sufrir las consecuencias de la pugna entre Moscú y un país de tránsito, esta vez Bielorrusia, que decidió apropiarse del petróleo en circulación por los oleoductos que cruzan por su territorio para atender sus propias necesidades. La medida, que afectó a las exportaciones destinadas a Polonia y a Alemania, es el último hito en un forcejeo sobre los precios del crudo y del gas entre Bielorrusia y Rusia, dos países que son aliados militares y económicos y que, en teoría, se han comprometido a practicar una política de unificación en un Estado conjunto con un mercado único. Por Bielorrusia pasa cerca de un 25% de las exportaciones de petróleo ruso a Europa occidental.

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El Gobierno de Minsk decretó un arancel sin precedentes (45 dólares por tonelada) sobre el crudo ruso en tránsito hacia Europa y lo impuso el 1 de enero. De esa forma, el régimen del autoritario Alexandr Lukashenko trataba de compensar las pérdidas que le acarrean los nuevos impuestos rusos (vigentes también a partir de la misma fecha) sobre el crudo exportado a Bielorrusia. Esta carga fiscal (180,7 dólares por tonelada) ha supuesto el fin de un lucrativo negocio de reventa de petróleo y derivados, que ha reportado 4.000 millones de dólares (3.100 millones de euros) de beneficios a Minsk.

Bielorrusia anuló los contratos con los proveedores rusos, y las refinerías del país tienen reservas de crudo para dos semanas. La situación bielorrusa es bastante precaria, ya que si no llega a un acuerdo con Rusia para finales de mes, tendrá que comenzar a comprar crudo al precio internacional -y no al subvencionado que pagaba hasta el momento-, con el fin de evitar un déficit en el mercado interno. Está previsto que hoy llegue a Moscú un equipo negociador bielorruso. Aunque la crisis es preocupante, tiene objetivamente menos impacto que la que se produjo entre Rusia y Ucrania por los suministros de gas al filo del año nuevo de 2006.

Mientras Minsk rechaza el nuevo impuesto ruso a las importaciones de crudo hacia Bielorrusia, Moscú se niega a pagar el arancel sobre el crudo en tránsito y exige que sea suprimido. El 5 de enero, Bielorrusia convocó a Transneft ante los tribunales, tras acusar a esta empresa, que es el monopolio de los oleoductos rusos, de transgredir la legislación aduanera. El juicio, que estaba previsto para ayer en la región de Gómel, fue suspendido sin que se dieran explicaciones al respecto. En Moscú, Semión Vainshtok, presidente de Transneft, acusó a Bielorrusia de sustraer ilegalmente más de 79.000 toneladas de petróleo que circulaban por el oleoducto Druzhba (Amistad) desde el 6 de enero. Este volumen estaba destinado "exclusivamente" a los consumidores de Europa occidental, dijo el ejecutivo, quien aseguraba que la sustracción había sido confirmada por la empresa Gomeltransneft, la operadora del oleoducto en dirección a Polonia y a Ucrania.

Justificación rusa

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El desvío se produjo "de forma unilateral y sin advertir a nadie", señaló Vainshtock, según el cual Bielorrusia había sustraído 900 toneladas de petróleo en la última jornada transcurrida, pese a las medidas tomadas por Transneft. Vainshtok calificó el tránsito de petróleo de "vaca sagrada" que debe ser respetada y conminó a los bielorrusos a ajustarse a las normas internacionales. Transneft tomaba ayer todas las medidas posibles para incrementar la exportación de petróleo hacia Europa occidental. Entre las rutas alternativas potenciadas estaba la terminal exportadora de Primorsk, en el mar Báltico, que funciona al ritmo de 76,5 millones de toneladas de exportación anual.

A través de Bielorrusia, Rusia exporta 70 millones de toneladas anuales por medio de dos oleoductos, uno operado por Gomeltransneft, que va hacia Ucrania y Polonia, y otro hacia el puerto báltico de Ventpils. La sustracción de petróleo se ha producido en el primer oleoducto, una conducción de 1.923 kilómetros, por el que circula el 70% del petróleo que va a Polonia, Alemania y Ucrania.

El conflicto que afecta al crudo ruso se produce sobre el telón de fondo del incremento de los precios del gas ruso a Bielorrusia de los 47 dólares por mil metros cúbicos, que venía pagando, a 100 dólares por mil metros cúbicos. Lukashenko ha reaccionado con duras críticas ante la política energética de Moscú. El domingo, fecha de la Navidad ortodoxa, el presidente aprovechó una ceremonia en la catedral de Minsk para conjurar el "chantaje" que sufre su país. Bielorrusia, dijo, no tiene los recursos de otros países, pero no venderá su soberanía a cambio de gas y petróleo. "La independencia y la soberanía son valores sagrados", señaló. "Rechazaremos cualquier ataque y sufriremos cualquier presión, pero nunca seremos humillados", manifestó, para afirmar después que Bielorrusia es víctima de quienes desean hacer retroceder el país 10 años en su desarrollo económico. También el domingo, Lukashenko se reunió con el vicepresidente ejecutivo de Gazprom, Alexandr Medvédev, según la agencia Itar-Tass.

Las explicaciones bielorrusas

Minsk explicó de forma confusa lo sucedido. Un representante del ministerio de Exteriores señaló que Bielorrusia no era responsable por la disminución de la presión a la entrada del oleoducto, pero la empresa operadora del gaseoducto afirmó antes que el tránsito del petróleo en Druzhba había sido interrumpido de orden del consorcio petroquímico bielorruso. "El oleoducto no está bombeando crudo hacia Polonia, Alemania y Ucrania por orden de Belneftejim", manifestó el portavoz, según el cual el bombeo se había suspendido durante el fin de semana.

En Moscú, el viceministro de desarrollo económico y comercio, Andréi Sharónov, manifestó que las negociaciones con Bielorrusia comenzarán sólo cuando este país anule el arancel sobre el petróleo en tránsito. El funcionario insinuó que Rusia podría adoptar sanciones y que podía producirse una "guerra comercial" contra Bielorrusia. Entre las medidas que se consideraban ayer está la imposición de aranceles de importación sobre algunos productos bielorrusos, según la agencia Tass. "No hay que olvidar que Rusia es el principal mercado y el primer socio comercial de Bielorrusia", manifestó Sharónov, según el cual Bielorrusia se ha beneficiado de las importaciones de crudo libres de tasas desde 1998.

Imagen de una de las refinerías de la petrolera húngara MOL, una de las empresas más afectadas por la crisis.
Imagen de una de las refinerías de la petrolera húngara MOL, una de las empresas más afectadas por la crisis.REUTERS

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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