Zapatero reúne un gabinete de crisis antiterrorista para trazar el nuevo plan contra ETA tras el atentado

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, reunió ayer un gabinete de crisis en La Moncloa para analizar el atentado del 30 de diciembre y trazar el nuevo plan de actuación, tras la ruptura del proceso de final dialogado de la violencia por parte de ETA. Zapatero convocó en La Moncloa a una reunión, que se prolongó durante tres horas, a la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega; los ministros de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y de Exteriores, Miguel Angel Moratinos; el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho; el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Alberto Sáiz, y el director del Gabinete de la Presidencia, José Enrique Serrano.

El ministro de Exteriores explicará a los países que han apoyado el proceso que el diálogo se ha roto por culpa de ETA

Los responsables de Seguridad informaron sobre la capacidad operativa de ETA y sus posibilidades de actuación

El ministro del Interior pretende un acuerdo de unidad en el que quepan el PP y el PNV

El Ejecutivo concede especial importancia al logro de la unidad contra el terrorismo

El presidente comparecerá en el Congreso la tercera semana de enero y buscará la unidad frente a ETA

Los reunidos analizaron los motivos que han llevado a ETA a romper el alto el fuego permanente y el proceso de diálogo así como el modo de actuar de la banda terrorista, que cogió por sorpresa al Ejecutivo. ETA nunca, tras una tregua, había atentado sin un aviso previo de ruptura a través de un comunicado. Así sucedió en los periodos sin atentados de 1989 y de 1998-1999.

Aunque el Ejecutivo no descarta del todo que ETA difunda un comunicado en los próximos días diciendo que, pese al atentado, no da por roto el proceso, el Gobierno ya ha adelantado que el acto criminal del pasado sábado ha consumado la ruptura.

La cumbre política de la Moncloa analizó también la situación operativa en que se encuentra ETA, sus posibilidades de actuación y el reforzamiento de las medidas de seguridad, con informes de los principales responsables de seguridad, tanto del CNI como de las Fuerzas de Seguridad del Estado.

En la reunión se tomó la decisión de que Zapatero comparezca la tercera semana de enero en el Congreso en un pleno extraordinario para explicar la situación creada tras la ruptura del proceso y escenificar un acuerdo entre los partidos sobre la política antiterrorista. Zapatero ha decidido demorar su explicación hasta mediados de enero para conocer todos los datos sobre la situación de ETA y tratar de que el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, logre previamente, en la próxima semana, un acuerdo con todos los grupos parlamentarios sobre la manera de encarar la lucha antiterrorista.

El presidente del Gobierno, que tenía previsto un viaje oficial a Japón la tercera semana de enero -los días 16, 17 y 18-, lo aplazará al menos un día con toda probabilidad.

El ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, informó de las muestras de apoyo que el Gobierno ha recibido de distintos países europeos tras la ruptura del alto el fuego. Y su departamento explicará a los países que han apoyado el proceso y han contribuido a él, la acción criminal de ETA que ha dado al traste con la etapa abierta para dialogar sobre el fin del terrorismo.

El Gobierno entiende que la única responsabilidad de la ruptura es de ETA. Pero cree, asimismo, que hay motivos para que todos los actores del proceso hagan una reflexión sobre los errores cometidos. Ayer, el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, adelantó que había habido fallos en la información de que disponía el Gobierno sobre la situación real de ETA en las últimas semanas previas a la ruptura del alto el fuego.

En el terreno político, el Gobierno concede especial importancia a la recuperación de la unidad democrática de los partidos frente al terrorismo en la nueva etapa. Zapatero y Rubalcaba no creen en principio que deba haber obstáculos para ello, ya que el Ejecutivo va a mantener la misma política antiterrorista: fortalecimiento de la actuación de las Fuerzas de Seguridad del Estado, acoso judicial al terrorismo, politica penitenciaria y cooperación internacional.

"El que haya o no respaldo de los partidos al Gobierno en esta nueva etapa de la lucha antiterrorista es una cuestión de voluntad política. Y resulta especialmente trascendente para plantar cara a ETA", señalaron ayer fuentes gubernamentales.

El ministro del Interior está dispuesto a realizar un "importante esfuerzo" para que el PP se sume a la unidad. Pero pretende también que este partido asuma que los demás partidos, especialmente, el PNV, participen en el consenso contra el terrorismo en esta nueva etapa, por la importancia del papel que su líder, Josu Jon Imaz, está desempeñando en el País Vasco. El papel del PNV resulta muy importante para lograr que el nacionalismo y sectores de la izquierza abertzale arrinconen a los terroristas que han roto el proceso.