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Cumbre de la Unión Europea

Los líderes de la UE incluyen por primera vez la inmigración como política europea

La cumbre debate una salida al parón constitucional para que sea aplicada por Alemania en 2007

Por primera vez los líderes de la UE lograron ayer cierto consenso sobre migración legal pese a las reticencias de algunos Estados, como Alemania, a perder su soberanía en la materia. La inmigración, tanto legal como ilegal, ha ocupado un papel destacado en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno iniciada ayer en Bruselas. Los Veinticinco reforzarán las políticas migratorias, como pedía el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. Los dirigentes europeos debatieron también sobre los criterios de las futuras ampliaciones, tras la congelación de las negociaciones con Turquía.

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El presidente finlandés, Matti Vanhanen, informó de las consultas "confidenciales" con los otros Estados para desatascar la Constitución. Anunció que informaría del resultado de sus gestiones a la canciller alemana, Angela Merkel, que en enero asumirá la presidencia de la UE. Vanhanen recordó que la Constitución había sido aprobada por 18 Estados. "No podemos empezar desde cero", añadió y precisó que "la mayoría de los Estados habían expresado su deseo de mantener las esencias de la Constitución".

El Consejo saludó a los presidentes de Rumania y Bulgaria, Traian Basescu, y George Parpanov, respectivamente, que asistieron como observadores y a partir del próximo año serán miembros plenos de la UE, que contará con 27 Estados miembros. El debate sobre futuras ampliaciones requerirá modificaciones institucionales y una aplicación más rigurosa de los criterios, en función de la capacidad de integración de la UE.

En las más de siete páginas dedicadas a la inmigración, por primera vez, los Veinticinco hablan de los aspectos legales de este fenómeno, "para ayudar a los Estados miembros a cubrir las necesidades futuras de mano de obra". El objetivo es afrontar el progresivo envejecimiento de Europa, que cuenta ya con 25 millones de inmigrantes legalizados. En estos momentos permanecen pendientes de legalizar entre 7 y 12 millones de personas, una cifra similar a la de EE UU, según precisó ayer el secretario de Estado para Relaciones con Europa, Alberto Navarro.

Italia y Alemania están estudiando nuevas regularizaciones. La política europea sobre inmigración legal deberá hacerse, no obstante, con "el pleno respeto de las competencias nacionales", precisan las conclusiones provisionales de la cumbre.

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Alemania hasta ahora ha sido uno de los países más reacios a que la UE gestione la entrada de inmigrantes con papeles en los mercados laborales de la Unión, ya que son los Estados federados los que ostentan esta competencia. Fuentes diplomáticas alemanas aseguraron anoche que la inclusión de la inmigración legal no planteaba problemas para Berlín si se mantiene "el respeto a los Estados miembros en este ámbito" y no se convierte en una cuestión de competencia comunitaria.

Las conclusiones provisionales contemplan además crear un sistema de vigilancia de la frontera marítima sur y una red permanente de patrullaje que trate de interceptar las embarcaciones de sin papeles que tratan de llegar a las costas europeas. Pero esa red, que gestiona la recién creada Agencia europea de Fronteras, requiere que los Estados miembros aporten medios materiales. La ayuda al desarrollo a los países de origen de los inmigrantes son otras de las medidas a las que se prevé que den hoy el visto bueno los Veinticinco.

Los Veinticinco no consiguieron sin embargo ponerse de acuerdo en abolir el derecho a veto de los Estados miembros en materia de Interior. Precisamente la necesidad de superar el ámbito nacional en materia de inmigración y afrontar el bloqueo que supone la exigencia de unanimidad en la toma de decisiones fue abordada por el presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell. En su última intervención como presidente de la Eurocámara en una cumbre europea, Borrell animó al Consejo a "adoptar un enfoque transversal y no dejar que la inmigración sea un asunto de la exclusiva competencia de los ministros del Interior".

En su carta de invitación a la cumbre, Vanhanen expresó su confianza en que "el debate confirme nuestro compromiso de ampliar el enfoque global sobre la migración y llegar a un acuerdo sobre las medidas derivadas para 2007".

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