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Sanidad autoriza a tres familias a tener un hijo para salvar a su hermano enfermo

Desechadas tres peticiones de selección embrionaria por ser viables otros tratamientos

Tres niñas de entre uno y cinco años serán las primeras que se beneficiarán en España de una técnica por la que sus familias tratarán de tener un hijo para curarlas de beta talasemia (dos) y anemia de Fanconi. La Comisión de Reproducción Humana Asistida autorizó ayer que sus padres se sometan a un proceso para concebir y seleccionar embriones libres de estas enfermedades y compatibles, de forma que el bebé que nazca sirva de donante para un trasplante de cordón o de médula. Sanidad rechazó ayer otros cinco casos por no ser viables o haber terapias alternativas.

Los casos autorizados fueron remitidos por el Instituto Valenciano de Infertilidad a través de la Generalitat. Y en los tres se tratará de terapias experimentales, "ya que prácticamente no existen referencias similares de trasplantes de este tipo en todo el mundo", según el ministerio. "En beta talasemia no hay, y en anemia de Fanconi, sólo cinco". Se trata de dos enfermedades de la sangre que dañan la función medular. Ahora, sólo queda el permiso del Gobierno valenciano, una cuestión formal que se resolverá la próxima semana.

El 24 de octubre, la comisión de expertos del Ministerio de Sanidad seleccionó ocho casos de los 24 enviados por familias que querían someterse a un proceso de selección de embriones para curar a su hijo enfermo. El resto carecía de "los contenidos mínimos de información", como recordó el ministerio. Ayer, la Comisión de Reproducción Humana Asistida -organismo compuesto por 25 miembros, entre los que hay representantes de Sanidad, las comunidades autónomas, sociedades científicas o el Consejo General de Poder Judicial- dio el visto bueno a tres de los ocho.

Además de beta talasemia y anemia de Fancioni, la técnica también está indicada para curar otras enfermedades que también provocan problemas medulares. Como algunas leucemias, enfermedades producidas por inmunodeficiencias -enfermedad linfopoliferativa unida al X frágil, inmunodeficiencia combinada severa- o errores congénitos del metabolismo -leucodistrofas, mucosacaridosis-. Pero siempre que no exista un tratamiento alternativo.

Lo hay, según el dictamen de la comisión, en otros tres de los ocho casos inicialmente admitidos. Los especialistas consideran más conveniente recurrir a un trasplante del banco de médula y cordón umbilical de donantes no emparentados -pese a que la compatibilidad sea menor- al considerar que ofrecen más garantías de éxito en el tratamiento de estos niños. El proceso de la selección embrionaria es complejo, incierto y suele alargarse en el tiempo, de forma que, si la salud de los niños es débil, es preferible no arriesgar. Otros dos casos no fueron contemplados, ya que se habían resuelto durante el proceso de deliberación. Uno de ellos ya ha sido trasplantado y el otro niño ha fallecido.

El anuncio de ayer de la comisión abre definitivamente la posibilidad de que una familia tenga un hijo compatible que salve a su hermano enfermo sin salir de España. Hasta el momento, las decenas de parejas que lo han intentado han tenido que acudir al extranjero -fundamentalmente a Bélgica y también a los Estados Unidos - ante la imposibilidad legal de hacerlo en un centro estatal.

La puerta la abrió el Congreso en mayo, cuando aprobó la Ley de Reproducción Asistida, que ampliaba las aplicaciones de la selección de embriones, técnica también llamada diagnóstico preimplantacional. Este procedimiento consiste en fecundar varios embriones y analizarlos, de forma que sólo se implantarán en el útero de la madre aquéllos que estén libres de las enfermedades hereditarias que se tratan de prevenir. Así, los bebés nacerán genéticamente limpios de estos problemas.

Antes de mayo, esta terapia sólo se podía emplear para evitar la transmisión de enfermedades genéticas incurables. Con la aprobación de la nueva ley, además, se permite no sólo esquivar estas enfermedades, sino escoger entre los embriones sanos aquellos compatibles con sus hijos enfermos y así curarlos con un trasplante de médula o de cordón umbilical, una opción que, según cálculos del ministerio, puede beneficiar a más de un centenar de familias.

El objetivo que se pretende alcanzar es obtener células madre adultas compatibles que sirvan para regenerar la médula dañada del hermano. El trasplante será de sangre de cordón en niños de menor peso y edad -se transfieren menos células pero con más poder regenerativo- o de médula -incluso combinadas- si son mayores. Entre el 80% y el 90% de los pacientes responden a este tratamiento.

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