Las infecciones por VIH en el mundo han crecido un 10% en sólo dos años

Después de 25 años de epidemia, nadie parece capaz de frenar la expansión del VIH. Este virus, que causa el sida, se extiende en todas las regiones del mundo y ha crecido un 10% en sólo dos años, según el último informe de la agencia de la ONU, Onusida. El grueso de los afectados (un 63%) se concentra en África subsahariana, pero esta proporción disminuye ante el avance de la infección en Europa oriental y Asia central. En los países de la antigua URSS el número de personas con VIH ha aumentado un 21,4% en dos años (en el mundo el incremento ha sido del 7%), y el de muertes por sida ha subido un 75%.

Cuando el próximo 1 de diciembre se conmemore el día mundial contra el sida, ninguna de las 11 regiones sanitarias en que la ONU divide el mundo podrá presentar un balance positivo. En los dos últimos años en todo el planeta ha aumentado el número de personas con VIH un 7%; el de defunciones, un 7,4%; y el de nuevas infecciones un 10,3%.

En total, al final de este año habrá unos 39,5 millones de personas viviendo con el VIH, de los que 17,7 millones son mujeres y 2,3 millones, menores de 15 años. El número de nuevas infecciones en el último año es de 4,3 millones (530.000 en menores de 15 años); el de muertes, 2,9 millones (de ellos, 380.000 niños). Todas ellas, cifras récord.

Lo peor, según el informe que Onusida presentó ayer, es que hace años que se sabe cómo frenar esta progresión. Las medidas de prevención se conocen y están contrastadas, y los fármacos llevan 10 años frenando el desarrollo de la enfermedad en los países ricos.

Los datos confirman que el supuesto freno en el avance de la epidemia que se aventuró el año pasado era un espejismo estadístico. Tras África subsahariana, Asia meridional y del sureste se confirma como el nuevo nicho para el virus, con el 20% del total de las personas que viven con VIH del mundo, con 7,8 millones de infectados. El tercer puesto de esta lista lo comparten Latinoamérica (una región en la que el VIH se expande sin que se dé importancia al problema) y Europa oriental y Asia central -la antigua Unión Soviética-, con 1,7 millones de infectados en cada una de las dos áreas.

La situación es cada vez más preocupante. Por eso la ONU está dispuesta a endurecer sus mensajes. En el informe se habla exhaustivamente de prácticas de riesgo y población vulnerable. El objetivo es evitar la expresión "grupos de riesgo", que los activistas rechazan porque contribuye a estigmatizar a los infectados y da un mensaje de falsa impunidad a quienes no forman parte de éstos.

Sin embargo, en el mismo trabajo se exponen tres modelos que apuntan al concepto de grupos de riesgo. El primero, es el de los consumidores de droga de Europa oriental y Asia central. De las nuevas infecciones en esos países, un 67% se ha dado entre consumidores de droga inyectada. Para ellos, evitar el VIH sería más fácil si se les facilitaran tratamientos de reducción de daños (metadona que se bebe en vez de inyectarse) y jeringuillas limpias. Pero ninguna de estas prácticas se plantea siquiera en esos países.

El segundo es el de Latinoamérica. Ahí, de las nuevas infecciones la mayoría (un 26%) se da en hombres que tienen sexo sin protección con otros hombres. De nuevo, el mecanismo de prevención es sencillo: el uso de condones en la penetración. Pero la homofobia impide que se les dirijan campañas.

El tercero es el de Asia meridional y suroriental: en esos países la principal vía de transmisión son las relaciones sexuales pagadas. Así han contraído el VIH un 40% de las personas infectadas el último año. Otro 10% de esos 100.000 casos se da entre personas que ejercen la prostitución. El uso de preservativos es, otra vez, el mecanismo de prevención más sencillo, pero en algunos de los países de la zona la prostitución está perseguida, lo que impide que quienes la ejercen accedan a la prevención.