Nunca es tarde para aprender
El refranero tiene una sentencia para casi todas las situaciones. Si se buscase una para describir la educación de adultos, sería probablemente nunca es tarde si la dicha es buena. En el caso de Alejandro Urdiales (19 años), es un poco más tarde que el resto de chicos de su edad porque el objetivo que busca es obtener el título de educación obligatoria (hasta los 16 años).