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Rusia refuerza el cerco económico a Georgia al duplicar el precio del gas

El presidente Putin ignora al ministro de Exteriores georgiano, en viaje oficial a Moscú

Pilar Bonet

A las medidas de bloqueo económico a Georgia, Rusia quiere añadir una subida de más del doble en el precio del gas que exporta al país vecino. Portavoces de Gazprom confirmaron ayer que este consorcio, controlado por el Estado ruso, ha exigido a Georgia 230 dólares (180 euros) por 1.000 metros cúbicos de gas, en lugar de los 110 dólares que cobra actualmente. A título comparativo, Rusia ha llegado hace poco a un acuerdo para exportar gas a Ucrania al precio de 130 dólares por 1.000 metros cúbicos en 2007, en lugar de los 95 dólares que le cobra hoy.

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El precio exigido a Georgia sería, pues, el más alto de todos cuantos Rusia pide a sus clientes en la Comunidad de Estados Independientes (CEI, o asociación de países post-soviéticos).

En 2006 Georgia importará 2.000 millones de metros cúbicos de gas ruso y los contratos para 2007 deben ser negociados aún. Sin embargo, la cifra inicial exigida por Gazprom es una señal más de que el clima entre Moscú y Tbilisi sigue siendo gélido. "En este precio hay más política que economía", dijo ayer el ministro de Exteriores de Georgia, Gela Bezhuashvili, en Moscú, al término del primer viaje oficial que realiza a Rusia desde que se inició la última crisis en las relaciones bilaterales. Bezhuashvlii expresó su confianza en que Rusia cumpla sus "garantías" de que no cortará el gas o la electricidad a Georgia el próximo invierno.

Las relaciones entre los dos países, ya de por sí frías desde la llegada al poder del presidente Mijaíl Saakashvili, se deterioraron tras la detención de cuatro oficiales rusos a los que Tbilisi acusó de espionaje. A pesar de que fueron liberados, el conflicto no sólo no amainó, sino que derivó en una explosión de histeria antigeorgiana en Rusia y expulsiones de emigrantes de este país.

La agencia gubernamental rusa Ría-Nóvosti informó ayer de que el presidente ruso, Vladímir Putin, se negó a recibir al ministro de Exteriores georgiano, quien, tras entrevistarse con su homólogo, Serguéi Lavrov, reconoció que las tensiones no se habían disipado. Bezhuashvili reiteró que la causa de los problemas son los conflictos separatistas no resueltos en territorio de Georgia y acusó a Moscú haber "ahondado las divergencias".

Tbilisi ha insistido en que las tropas de pacificación rusas en Osetia del Sur y Abjasia deben ser sustituidas por un contingente internacional bajo los auspicios de la ONU. Rusia se opone.

Para diversificar su suministro energético, hoy mayoritariamente dependiente de Rusia, Georgia confía en la construcción de un gasoducto desde Azerbaiyán, que debe concluirse el próximo diciembre. Por su parte, Rusia construye un gasoducto transcaucásico de 163 kilómetros hasta la región secesionista de Osetia del Sur, que debe concluirse a fines de 2007, y que aseguraría el aprovisionamiento de gas ruso a la región rebelde, que ahora recibe todo su gas a través del territorio georgiano.

A las tensiones entre Tbilisi y Moscú contribuye también el referéndum para reafirmar la independencia de Osetia del Sur que se celebrará el 12 de noviembre, junto con las elecciones presidenciales en aquel territorio.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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