Detenidos en Moscú más de 300 ultranacionalistas en una manifestación contra los inmigrantes
Los nacionalistas rusos han sido hoy los grandes protagonistas del Día de la Unidad de Pueblo, fiesta nacional de Rusia celebrada en todo el país con mítines de distinto signo que cuestionan el nombre mismo de los festejos. Además de Moscú y San Petersburgo, otras grandes ciudades del país prohibieron la denominada "marcha rusa", convocada por organizaciones ultranacionalistas. Esto no ha impedido que salieran a la calle, en abierto desafío a autoridades. Más de 300 nacionalistas, entre ellos muchos cabezas rapadas, han sido detenidos por la Policía junto a una estación de metro de la capital rusa, donde se reunían para participar en la prohibida "marcha rusa".
"Se han llevado a más de 300 personas. Las detenciones las realiza fundamentalmente la policía antidisturbios de la región de Moscú", ha dicho el diputado nacionalista Dmitri Rogozin a la agencia Interfax. Fuentes policiales han indicado por su parte que la mayoría de las detenciones se han producido junto a la estación de metro Park Kulturi, adonde los organizadores de la marcha prohibida habían convocado a sus partidarios. Una veintena de activistas de la Vanguardia de la Juventud Roja ha sido detenida en otra estación de metro, donde "se encontraban de guardia para impedir mítines nazis espontáneos", ha indicado la portavoz de la organización izquierdista, Anastasía Udaltsova. El Ministerio del Interior había movilizado a 6.500 agentes para redoblar la seguridad en Moscú y evitar marchas ultranacionalistas durante la jornada de hoy.
Los organizadores de la "marcha rusa" llamaron a sus partidarios a sumarse a un mitin autorizado después de que el alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, prohibiera la manifestación. "He decidido prohibir la denominada 'marcha rusa'", anunció Luzhkov sobre los planes de grupos radicales y cabezas rapadas de recorrer la calles de Moscú bajo lemas como Rusia para los rusos. Luzhkov recordó que el año pasado los cabezas rapadas obtuvieron la autorización oficial para su marcha el 4 de noviembre, tras lo cual recorrieron las calles enarbolando esvásticas, alzando el brazo en el saludo nazi, coreando "Heil Hitler" y acosando a los extranjeros. Mientras, el mitin antifascista convocado en Moscú por la oposición liberal y varias organizaciones de defensa de los derechos humanos ha reunido a más de mil personas.
A tortas en San Petersburgo
El alcalde moscovita ha calificado de "insignificantes" los incidentes. "Garantizamos la seguridad en la ciudad y no toleraremos ningún tipo de chovinismo ni fascismo en Moscú", ha indicado Luzhkov a la prensa durante un recorrido de inspección. En San Petersburgo, nada más comenzar la mañana, la Policía ha arrestado a unos 50 activistas del ultranacionalista Movimiento Contra la Inmigración Ilegal, que había convocado la "marcha rusa". Mas tarde, según Interfax, la policía de la antigua capital imperial rusa ha emplado gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes cuando activistas del movimiento antifascista Antifa y de organizaciones de izquierda se han enzarzado a golpes con los nacionalistas.
El acto oficial se ha celebrado en el Kremlin, donde el presidente ruso, Vladímir Putin, ha destacado que el Día de la Unidad del Pueblo, que se instauró el año pasado, es una "fiesta de toda la sociedad civil". "Este día rendimos homenaje a las tradiciones seculares del patriotismo, la concordia y la cohesión del pueblo", ha señalado Putin, citado por la agencia oficial Itar-Tass, en una recepción oficial en el Kremlin. El Día de la Unidad del Pueblo fue instaurado para conmemorar la gesta de Kuzma Minin y Dmitri Pozharski, quienes en 1612 organizaron milicias populares que expulsaron de Moscú a los invasores polacos.
La nueva fiesta, que no es considerada como tal por la mayoría de los rusos, según varias encuestas, fue incorporada en el calendario en sustitución del 7 de noviembre, fecha en que, primero, se celebraba el aniversario de revolución bolchevique y, luego, tras la caída del comunismo, el Día de la Concordia y la Reconciliación. Según un sondeo realizado por la fundación Opinión Pública, el 41% de los encuestados no respalda la eliminación del 7 de noviembre como día festivo, medida que saluda sólo el 30%. El 29% restante no sabe qué responder.
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