_
_
_
_
Semana contra la pobreza

La lucha contra la pobreza congrega a miles de personas en 40 ciudades españolas

Las manifestaciones denuncian que los países ricos incumplen los Objetivos del Milenio

Las manifestaciones de ayer en 40 ciudades españolas, convocadas por la plataforma de ONG Alianza contra la Pobreza, vinieron a ser como ese tipo pesado que llama insistentemente al portero automático preguntando "¿es ahí el presidente de la comunidad?". Ésa es al menos la imagen que utilizaron los organizadores en los folletos que se repartieron con el lema Rebélate contra la pobreza: una imagen de un telefonillo con los nombres de Merkel, Rato, Zapatero, Bush, Putin, Blair, Chirac y Prodi. "La intención es muy clara", señaló uno de los portavoces de la Alianza, Pilar Orenas, "demostrarles que no se nos olvida lo que prometieron en el año 2000, cuando firmaron los 8 objetivos del milenio. Es simplemente una forma de decirles que estamos ahí para exigirles que cumplan". El otro lema más repetido de la manifestación Más hechos, menos palabras, subrayaba aún más la crítica contra las promesas vanas y los discursos grandilocuentes de los grandes líderes mundiales.

Mayor Zaragoza: "¿Quién puede dormir cuando 60.000 personas mueren cada día?"
Más información
Apuntes de clase para ocho objetivos

Contra ese bla, bla, bla, resaltado en algunas pancartas, miles de personas se echaron a la calle, en una convocatoria de tono conciliador que reunió a representantes de los grupos políticos y sociales. No importó la religión ni el color del partido. En Madrid, en la cabecera de la manifestación y sus aledaños se vio a gente tan dispar como la directora de cine Icíar Bollaín, la secretaria de Política Social del PP, Ana Pastor, el presidente de la Alianza contra la Pobreza, José María Medina, el ex director general de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza, el rector de la Universidad Autónoma de Madrid, Ángel Gabilondo, el secretario general de IU, Gaspar Llamazares, la escritora y directora de la Biblioteca Nacional, Rosa Regás, y el Padre Ángel de Mensajeros de la Paz.

Mayor Zaragoza subrayó la responsabilidad de la ciudadanía al olvidar los problemas que azotan al 90% de la población. "Muchas veces pienso: ¿cómo puede uno dormirse plácidamente sabiendo que este día habrán muerto como mínimo 60.000 personas de hambre? Es un genocidio silencioso, un genocidio de desamor, de insolidaridad, y eso se tiene que terminar", señaló.

Su declaración recogió el espíritu de las que hicieron los demás asistentes y con ello se dio por comenzada la manifestación. A las seis de la tarde sonaron los tambores, se levantaron las pancartas y la gente empezó a gritar las consignas que se lanzaban desde un megáfono.

A la cabecera llena de personalidades se unió un miembro de la Campaña por la Abolición de la Pobreza Quién debe a Quién. Los organizadores habían acordado que los disfraces serían permitidos en la manifestación, pero que no serían bien vistos en la pancarta principal. A pesar de ello, el miembro de la Campaña se coló vestido de fantasma con un cartel de que rezaba: "Fantasmas de la pobreza: FMI, OMC, Créditos FAD, Transnacionales, Banco Mundial. Se le dijo que nada de disfraces, pero el fantasma no quiso moverse y se quedó allí, junto a Icíar Bollaín.

Además de la manifestación de Madrid, que reunió a decenas de miles de personas en el corto trayecto de la Plaza Cibeles a la Puerta del Sol, hubo convocatorias en otras ciudades españolas. En Sevilla la concentración fue secundada por más de mil personas. En Galicia, los ciudadanos de las principales ciudades desafiaron a la lluvia en concentraciones, no muy numerosas, para presionar a los representantes políticos y a los líderes mundiales para que estos tomen medidas definitivas para acabar con la pobreza en el mundo.

Alrededor de medio millar de personas, según la organización, participaron en la manifestación de Badajoz, que estuvo acompañada de pasacalles y actuaciones de grupos flamencos, coros y danzas. En Vitoria, la Plaza de la Virgen Blanca acogió varios actos para informar a los ciudadanos de las campañas a favor de la erradicación de la pobreza y la coordinadora de ONG de Euskadi instaló casetas con productos de comercio justo.

También en Santander unas 300 personas reclamaron medidas para acabar con la miseria, en un acto en el que el actor José Sacristán leyó un manifiesto en el que denunció la "falta de voluntad política" para frenar esa lacra en el mundo, mientras que en Gijón un centenar de personas se concentraron en el Paseo de Begoña, frente al Teatro Jovellanos, para distribuir material publicitario de la campaña.

Otra treintena de ciudades, salieron a la calle en una jornada que puso el broche final a la semana de movilizaciones promovidas por la Campaña del Milenio "Sin Excusas 2015" de las Naciones Unidas.

Durante estos días, las organizaciones han celebrado actos en decenas de ciudades repitiendo los ocho Objetivos del Milenio acordados por la ONU en 2000 para el 2015. Lo más probable es que mucha gente sepa ya cuáles son o al menos que, al paso que van las ayudas, esos ocho objetivos no se cumplirán hasta dentro de cien años. Por si acaso, por si no se los conocen todavía, ahí van otra vez: Reducir los pobres a la mitad, lograr la educación primaria universal, promover la igualdad de género, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir el sida, el paludismo y otras enfermedades, garantizar la sostenibilidad ambiental y fomentar una asociación mundial para el desarrollo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_