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El Gobierno pondrá en marcha el centro de física médica de Valencia el próximo año

El Ministerio de Educación y Ciencia ha presupuestado 11,1 millones de euros hasta 2010

El Gobierno pondrá en marcha el próximo año el centro de física médica que se levantará en Valencia. Invertirá 11,1 millones de euros hasta 2010 que se pagarán en cuatro años. Para el año que viene, los Presupuestos Generales del Estado han consignado 100.000 euros, que serán un millón en 2008 y cinco millones en 2009 y 2010. El proyecto, que pretende actuar como un motor de investigación, desarrollo empresarial y de tecnología servirá para tratar a pacientes oncológicos. El centro cuenta con la Generalitat como socio, aunque el Consell no ha anunciado su compromiso presupuestario.

La instalación tendrá un acelerador de partículas para enfermedades oncológicas

Los fondos comprometidos por el Gobierno que preside José Luis Rodríguez Zapatero están incluidos en la partida de los Presupuestos Generales del Estado de 2007 del Ministerio de Educación y Ciencia, dentro del programa 463 correspondiente a investigación científica. Entre los proyectos enmarcados en el programa, se encuentra el centro de física médica, con una aportación global por parte del ministerio de 11,1 millones de euros. De ellos, 100.000 son de la partida presupuestaria de 2007, un millón de 2008 y cinco millones de 2009 y 2010.

El coste total estimado cuando se presentó, en mayo del año pasado, se situó en torno a los 100 millones de euros. Alrededor de un 20% de esta suma se prevé cubrir con fondos del VII Programa Marco de la Unión Europea, que se inicia el año próximo. Otra de las entidades financiadoras es la Generalitat valenciana, que participa en el programa aunque aún no ha anunciado su compromiso presupuestario.

La idea de poner en marcha un centro de física médica partió del Instituto de Física Corpuscular (Ific), entidad integrada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universitat de València.

Una de sus principales aplicaciones será la clínica y el diagnóstico, a través de las posibilidades que ofrece la física nuclear y de partículas para tratar enfermedades oncológicas y neurológicas que hasta ahora han tenido un tratamiento difícil o imposible. Para ello el objetivo primordial consiste en dotar al centro -cuya puesta en funcionamiento no se espera antes de 2011- de un acelerador de partículas que genere haces de protones o iones de carbono, además de equipos de diagnóstico y tratamiento basados en esta tecnología.

La eficacia de la técnica está basada en la interacción de los protones con la materia, en este caso con el cuerpo humano. El acelerador es un emisor de protones cuya capacidad de penetración está vinculada a la energía del equipo. En este caso se prevé de 200 megaelectrovoltios (Mev), lo que permite actuar hasta una profundidad de 25 centímetros, por lo que tiene acceso a todos los órganos del cuerpo. Los protones tienen la propiedad de perder energía mientras recorren el espacio, hasta que llegan al punto de destino, donde la radiación alcanza el nivel más alto. Este punto se puede modular, de forma que el máximo de eficacia se concentra en la profundidad deseada. Allí se destruye la materia, ya sean células cancerígenas o las alteraciones que se desee corregir, como explicaba su impulsor, en la presentación del proyecto, el catedrático de Física Teórica, José Bernabéu.

Frente a los equipos hospitalarios de radioterapia, que emplean un chorro de electrones y concentran la mayoría de la energía en la superficie, los haces de hadrones emiten protones o iones de carbono, que recorren trayectorias en línea recta sin depositar energía lateralmente (lo que evita daños colaterales) y que concentran los efectos en el trayecto final, de forma que actúa en profundidad. Estas características hacen de esta terapia un recurso especialmente apropiado para casos en los que la radioterapia convencional representa un riesgo excesivo para el paciente por ser demasiado imprecisa, como tumores oculares, cerebrales, de próstata o infantiles, en los que la actuación ha de ser muy exacta y evitar afectar a tejidos y órganos en formación que pudiera dejar secuelas. Representan aproximadamente el 10% de los procesos tumorales.

Además del tratamiento, otra de las aplicaciones de estos equipos es el diagnóstico de enfermedades oncológicas, neurodegenerativas y cardiológicas a través de técnicas de imagen molecular funcional. Es decir, que junto al análisis anatómico, ofrecen también el fisiológico.

El acelerador de partículas será también una importante plataforma de investigación básica abierta a los investigadores y permitirá el desarrollo de detectores de partículas (instrumentos que detectan e incluso hacen visibles las partículas elementales subatómicas).

Está previsto que el personal del centro ronde los 200 investigadores, aunque el volumen flotante de personas que pasen por las instalaciones para realizar investigaciones o formarse será mucho mayor.

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