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Reportaje:

Pescanova tira la red en Francia

La firma pretende ganar cuota con la compra de Ceabel SAS

Pescanova ha decidido lanzar sus redes en Francia. A su estrategia de aumentar su negocio de acuicultura -cría de peces- y explotar grandes caladeros en todo el mundo a través de sociedades mixtas, el grupo gallego ultima la adquisición de la firma francesa especializada en crustáceos Ceabel SAS para ganar cuota de mercado. Ceabel SAS factura unos 100 millones de euros y es uno de los líderes en el mercado francés de langostinos.

Con una flota pesquera de 120 barcos, Pescanova es el quinto grupo del sector, superado sólo por las grandes empresas japonesas. Sin embargo, de las 150.000 toneladas de pescado que la firma gallega pone en el mercado, alrededor de un tercio proviene ya de la acuicultura, tanto en centros en España como en los que el grupo tiene en otros países. Y el objetivo es que esta fuente suponga la mitad del pescado del grupo en el futuro próximo.

Aunque el grupo Pescanova comercializa sus productos en todo el mundo, especialmente los congelados de pescado, la Unión Europea (UE) es su mercado más importante para la venta de productos manipulados o transformados. En Francia ya estaba presente a través de su filial, Pescanova Francia, y de Interpeche, lo que convertía este mercado en uno de los más fructíferos para el grupo, junto a Italia y Portugal.

A pesar de ello, el grado de penetración de las distintas marcas del grupo en los mercados extranjeros no era el esperado por los responsables del grupo. Por eso han decidido pasar a la ofensiva y tienen prácticamente cerrado un acuerdo de compra de la empresa Ceabel SAS.

Langostinos, sobre todo

La firma francesa tiene una facturación cercana a los 100 millones de euros, sobre todo a través de la marca Krustanord, y ocupa uno de los primeros lugares en el mercado nacional de pescados transformados y, fundamentalmente, langostinos y otros crustáceos.

Con esta adquisición, Pescanova, que en el año 2005 facturó cerca de 999 millones de euros, pasaría a entrar en el club de los que venden productos por valor de más de 1.000 millones de euros y, sobre todo, abriría a todos sus productos un nuevo mercado.

En los últimos años, Pescanova ha desarrollado distintas estrategias para potenciar su presencia entre los distintos grupos de consumidores. En esa línea, el grupo creó Pescanova Alimentación, que distribuye la marca Cofrío para el segmento mayorista, Caternova para la restauración y Friser para la distribución de congelado a domicilio, y puso en marcha un restaurante piloto de comida rápida a base de pescado: Grumete Food & Fun.

Para aumentar su actividad minorista, Pescanova inició además a principios de esta década una ofensiva con la compra de la firma Pescafina, especializada en la comercialización de pescados y mariscos congelados. Pescafina atravesaba problemas financieros por su pertenencia al grupo Transáfrica.

A esta operación sumó en 2002 la compra de la firma burgalesa Ultracongelados Antártida, que ya era el primer cocedero nacional de crustáceos, con un volumen de unas 8.000 toneladas al año. Esta operación supuso una importante inyección de ingresos para el grupo y la consolidación de la posición de la empresas en el sector y muy especialmente en el mercado del langostino, donde el grupo ocupa el liderazgo indiscutible.

Más 'granjas' de pescado en Galicia

El grueso de las producciones de acuicultura -técnica que permite criar peces- del grupo Pescanova están en Chile y fundamentalmente se centran en el salmón. Sin embargo, los planes de la compañía para el desarrollo de estas técnicas y su extensión a otros tipos de peces se ubican sobre todo en Galicia.

Con los peces planos, como el rodaballo, el grupo tenía prevista y ya casi en marcha la ubicación de una granja en Cabo Touriñán, en la localidad coruñesa de Muxía, con una inversión prevista de más de 40 millones de euros. La llegada del nuevo Gobierno socialista a la Xunta de Galicia supuso la paralización del proyecto por considerar que éste se hallaba situado en una zona de especial protección medioambiental.

Ante esa decisión de los responsables autonómicos de la pesca, Pescanova anunció la puesta en marcha de una granja para producir rodaballos en Portugal, pero sin renunciar a encontrar una nueva ubicación en Galicia. Las negociaciones con la Xunta se han encauzado.

Pescanova ampliará también la instalación acuícola de Xove (Lugo) con una inversión de 17 millones de euros y pondrá en marcha una nueva granja en Ribadeo (Lugo) con otra inversión de 47 millones de euros.

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