Putin asegura que la venta de armas a Chávez no supone una amenaza
Rusia trata de tranquilizar a EE UU por la entrega de aviones y helicópteros a Venezuela
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, manifestó ayer que el petróleo y el gas constituyen el "área más prometedora" de colaboración entre su país y Venezuela, y subrayó que la cooperación técnico-militar entre ambos no va en contra de terceros Estados. Con estas palabras, pronunciadas en el Kremlin, Putin trataba de tranquilizar a Estados Unidos, sin plegarse a sus exigencias de no vender armamento al régimen de Hugo Chávez.
Rusia y Venezuela han firmado contratos de suministros militares por valor de más de 3.000 millones de dólares (2.400 millones de euros), según manifestó Serguéi Chémezov, jefe de la empresa de exportación militar Rosoboroneksport. Los contratos, dijo, incluyen el suministro, en parte ya efectuado, de 24 aviones de combate y 53 helicópteros y también el servicio técnico y la preparación de especialistas.
Chémezov era uno de los muchos altos funcionarios rusos que participaron en las conversaciones con el presidente Hugo Chávez y su delegación ayer en el Kremlin. El líder venezolano, que al igual que Putin, quiso destacar los temas energéticos como prioritarios, calificó de "extraordinario" el avance de la cooperación científico militar entre ambos países y agradeció el "firme apoyo" del presidente ruso en este campo. "Ante la presión e incluso el embargo [por parte de EE UU], Rusia nos ha tendido la mano", señaló Chávez.
Ante la prensa se habló poco de contratos de armamento ayer en el Kremlin, pero el diario Vedomosti subrayaba que las compras de armas de Venezuela en Rusia "han triplicado la suma esperada de 1.000 millones de dólares". Citando un ejecutivo de la industria aeronáutica, Vedomosti afirmaba que el contrato de compra de los cazas SU-30 MK2 tiene un importe de casi 1.500 millones de dólares conjuntamente con su armamento y sus instalaciones de tierra, y los nuevos helicópteros MI, no menos de 250 millones de dólares. La construcción de fábricas para producir los fusiles Kaláshnikov y la correspondiente munición costará a Chávez del orden de 200 millones de dólares, proseguía el diario. Con los 1.000 millones de dólares restantes, Venezuela, según una fuente en el ministerio de Defensa, comprará complejos antiaéreos Tor-M1, lanchas patrulleras y posiblemente, un submarino tipo Amur, concluía Vedomosti, un medio habitualmente bien informado.
La compra de los sistemas antimisiles Tor-M1 no ha sido confirmada oficialmente, pero Chávez contempló una exhibición de este sistema durante su estancia en Izhevsk, uno de los centros de la industria bélica rusa. Allí, Chávez anunció que en dos semanas se pondrá la primera piedra para la construcción de una fábrica de fusiles Kaláshnikov en Maracay, en el estado de Aragua. En Moscú, el venezolano aseguró que el Gobierno de EE UU "no tiene moral para criticar la venta de armas que realizó Rusia, porque es el imperio más inmoral y sanguinario de la historia".
Putin prometió apoyar la candidatura de Venezuela como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, y en el terreno energético, el presidente venezolano anunció que Lukoil y Gazprom, ya presentes en su país, "empezarán pronto a explotar petroleo y gas en tierra firme y en el mar". Aseguró Chávez que las reservas petrolíferas de Venezuela continúan creciendo y que en la faja petrolífera del Orinoco hay unas reservas de 270 millones de barriles, lo que, según él, coloca a Venezuela en primer lugar frente a Arabia Saudí. "Estamos contentos de que allí [en el Orinoco] va a trabajar Lukoil con su experiencia y su tecnología", afirmó.
Chávez pidió el apoyo de Rusia para la construcción de un gasoducto desde el Caribe hasta el Río de la Plata, con una longitud de 8.000 kilómetros de longitud y una inversión de 20.000 millones de dólares, y expresó su confianza en que los países de Latinoamérica y la OPEP se sumarán al cumplimiento de los documentos sobre seguridad energética aprobados por el G 8 en San Petersburgo.
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