Hezbolá supedita el alto el fuego a un canje de prisioneros

Hezbolá rechazó ayer un alto el fuego que no incluya el intercambio de prisioneros. "Queremos que [Israel] cese de inmediato la agresión. Sin condiciones", declaró el diputado de Hezbolá Husein Alí al Hajj Hasan. "Es el alto el fuego o la resistencia. No tenemos nada que perder", añadió. Horas antes de la conferencia de Roma, el líder chií, Hasan Nasralá, dijo que no va a permitir que nadie les robe la dignidad.

"Los soldados israelíes no van a recuperar la libertad si no hay un intercambio [por los prisioneros de la milicia en cárceles israelíes]", explicó Al Hajj Hasan, uno de los portavoces de Hezbolá tras el paso a la clandestinidad de la dirección del grupo. En un discurso difundido de madrugada por Al Manar, la televisión de Hezbolá, Nasralá había rechazado la entrega de los dos soldados israelíes y la retirada de sus milicianos de la franja fronteriza con Líbano, exigidas por Condoleezza Rice durante su visita a Beirut. Nasralá amenazó también con llevar la guerra más allá de Haifa.

"En esta nueva etapa, nuestro bombardeo no se limitará a Haifa. Sí, Haifa no será el límite, cualquiera que sea la respuesta del enemigo", proclamó Nasralá. Esa ciudad costera, la tercera de Israel, se encuentra a 34 kilómetros de la frontera con Líbano y ha sido objetivo de decenas de cohetes de Hezbolá en las dos últimas semanas.

"Si los israelíes continúan sus ataques, ¿cree que nosotros nos vamos a poner a cantar? Nos defenderemos", respondió Al Hajj Hasan cuando se le recordó la gran magnitud de los daños que las hostilidades han causado ya a la población libanesa. "Nunca quisimos empezar esta guerra", señaló, "al principio, atacamos sus bases militares, pero cuando empezaron a bombardear a los civiles, respondimos proporcionalmente. Y si continúan, continuaremos. ¿Tenemos otra elección?". Hezbolá defiende que la agresión israelí estaba preparada de antemano y que su secuestro de los dos soldados sólo ha sido un pretexto.

"Lucharemos en Bint Yebel... y lucharemos en cada pueblo, ciudad, posición y enclave", prometió Nasralá. "Hacemos una guerra de guerrillas... lo importante son las pérdidas que causamos al enemigo", subrayó. Y Al Hajj Hasan desafió a los israelíes a que anunciaran "cuántos hombres habían perdido hoy [por ayer] en Bint Yebel", donde se estaban produciendo los combates más encarnizados de esta guerra. Horas más tarde, Israel admitió que ocho de sus soldados habían muerto y 22 resultado heridos en una emboscada en Bint Yebel. Otro soldado murió en un ataque de Hezbolá en Marun al Ras.

"Nuestra firmeza cambiará la realidad regional e internacional que nos rodea", se jactó el líder de Hezbolá, que también hizo un llamamiento a sus simpatizantes para que tengan paciencia. Algunos analistas interpretan ese gesto como prueba de que cuenta con la creciente indignación internacional por los efectos de los bombardeos para frenar la ofensiva.

En su columna de ayer en The Daily Star, Rami Khouri señala que Hezbolá "parece estar explorando cómo salir del embrollo". "Luchar contra Israel y mantener el tipo durante semanas le granjea elogios de la opinión pública árabe, pero también aumenta el castigo político que puede esperar de los otros grupos políticos libaneses cuando concluyan los enfrentamientos", advierte Khouri.