24 palestinos mueren en una violenta jornada en Gaza

La operación militar israelí en Gaza ha cambiado de nombre. Se llama ahora Columnas de Sansón en lugar de Lluvia de Verano. Pero los métodos son idénticos desde el 25 de junio, cuando un comando de Hamás capturó a un soldado judío en una base próxima a la franja. Unos 50 tanques invadieron de nuevo ayer el norte de Gaza mientras la aviación atacaba desde el aire. Al menos 24 personas murieron en varios enfrentamientos en el campo de refugiados de Yabalia y en el este de la ciudad de Gaza; entre ellos, 12 milicianos, tres niños y un minusválido. Es el número más alto de víctimas en las últimas dos semanas. El recuento de muertos palestinos ronda ya los 150.

La táctica de las Fuerzas Armadas hebreas no varía un ápice. Los blindados y carros de combate invaden Gaza, golpean con saña y se retiran. Hasta la nueva incursión. Son continuos los lanzamientos de octavillas sobre las ciudades del norte de la franja en las que se advierte a la población que abandone sus casas. También una voz en árabe, que decía hablar en nombre del Ejército israelí, fue escuchada por residentes de varias localidades. Les advertían que dejaran sus hogares porque iban a ser destruidos o que no acogieran a milicianos ni guardaran armas. En los últimos tres días, siete inmuebles en los que vivían personas que recibieron estos mensajes han sido derribados. Los militares israelíes amenazan un día sí y otro también: nada detendrá su práctica de arrasar inmuebles si sospechan que uno de sus objetivos está en su interior.

En su inmensa mayoría, los palestinos ignoran estos ultimatos. Y parece más que razonable. Porque ¿dónde se puede acudir hoy en Gaza sin riesgo de que sea bombardeado cualquier edificio? ¿Cómo puede alguien estar seguro de que en un bloque de viviendas no reside o se esconde un miliciano? Y a todo ello se añade que Gaza está sellada y nadie puede abandonar el territorio.