EE UU impide forjar una tregua en Líbano

Condoleezza Rice volvió ayer a ser inflexible. Llamamientos firmes como los del secretario general de la ONU, Kofi Annan; del ministro francés de Exteriores, Philippe Douste-Blazy, o del español, Miguel Ángel Moratinos, para que la Conferencia de Roma forzara un cese inmediato de las hostilidades en Líbano se estrellaron contra la posición de la secretaria de Estado de EE UU de que no debe haber alto el fuego si no es duradero. El primer ministro libanés, Fuad Siniora, no ocultó su decepción: "Queríamos un alto el fuego inmediato", dijo. "Hemos dado algunos pasos, pero queda mucho por hacer. Cuanto más tarde en llegar el alto el fuego, habrá más muertos y más destrucción", añadió.

Rice exigió que Irán y Siria "asuman su responsabilidad" como mentores de Hezbolá

Kofi Annan, que como los otros dirigentes citados reclamó una tregua inmediata "temporal" por motivos humanitarios, ofreció una salida de mínimos para que la reunión superase airosamente la división sobre este asunto prioritario, cuando dijo: "Pido, por tanto, a esta conferencia que solicite al Consejo de Seguridad que pida un cese inmediato de las hostilidades". A título personal, el secretario de la ONU había clamado antes: "Exhorto a Hezbolá a que ponga fin a sus ataques deliberados contra centros civiles israelíes. Y exhorto a Israel a que cese los bombardeos, los bloqueos y las operaciones por tierra".

Pero ni siquiera la propuesta de traspaso de la responsabilidad al órgano ejecutivo de Naciones Unidas logró abrirse camino hasta el lacónico comunicado que dio cuenta de los resultados de la cumbre. En su lugar, el texto recoge que "los participantes en la Conferencia de Roma expresaron su determinación de trabajar inmediatamente para alcanzar con la máxima urgencia un alto el fuego que ponga fin a la violencia actual y a las hostilidades. El alto el fuego debe ser duradero, permanente y sostenible".

El propio Moratinos confirmó que él había sido el proponente de esta fórmula de compromiso, y fuentes diplomáticas aseguraron que, hasta que se lo pidió Siniora, la secretaria de Estado se negó a aceptar la mención a la "máxima urgencia", sin la que Francia no habría aceptado el comunicado. La cumbre se prolongó dos horas más de lo previsto.

Canadá, Reino Unido y Alemania mantuvieron su alineación previa con Washington en este asunto, aunque presionaron a favor de la fórmula de consenso. El resto de los países participantes, que con la incorporación de Grecia y Chipre fueron 15, se decantó por el alto el fuego inmediato. Preguntado al respecto, el ministro español recordó que la propia Rice había declarado su interés en que el alto el fuego llegue cuanto antes. "En esa medida, no ha estado sola", añadió Moratinos.

Sobre el segundo gran tema de la agenda, el despliegue de una fuerza internacional que ayude al Ejército de Líbano a "garantizar un marco seguro", la cumbre se limitó a afirmar que dicha fuerza "debería ser autorizada urgentemente bajo un mandato de la ONU". El ministro francés había coincidido dentro de la sala con la posición estadounidense de que no procede ningún despliegue provisional, como el que Annan defendió expresamente. Para Douste-Blazy, la fuerza no debe ser constituida mientras no se cierre el acuerdo político que encauce su funcionamiento.

El Alto Representante de la UE, Javier Solana, tuvo un solo tema: sostener que Europa tiene que aportar un componente esencial de esa fuerza indispensable. Fuentes diplomáticas prevén que Francia y Turquía jugarán papeles esenciales dentro del contingente. Moratinos aseguró que sigue siendo "prematuro" pensar en una participación española. Previamente, había afirmado, sin embargo, que el tema de la fuerza había sido abordado con amplitud durante el almuerzo. Por ésas y otras conversaciones justificó el ministro que el Gobierno español haga una valoración "positiva" del resultado del encuentro. "El análisis no puede limitarse al comunicado", señaló, y aseguró que todos los reunidos tienen "un compromiso serio" con la paz, aunque a él y a otros les hubiera gustado un alto el fuego inmediato.

En cuanto al calendario previsible del desarrollo de la fuerza y el alto el fuego, nadie fue capaz de dar previsiones. Annan habló vagamente de "días o semanas". Moratinos opinó que tras el Consejo de Ministros extraordinario de la UE convocado para el martes y la reunión del Consejo de Seguridad que debería celebrarse también durante la próxima semana, se podrá decir algo más claro. El ministro coincidió con su colega francés en que lo primero es el acuerdo político.

En ese sentido, la declaración de la cumbre pide la "máxima contención" a Israel y no menciona a Hezbolá, ni siquiera para condenar sus acciones. También se refiere a la soberanía y seguridad de Líbano, según la garantizan diversas resoluciones internacionales, y a que el arreglo duradero tiene que ser global, para toda la región, con una alusión velada a otros actores. Condoleezza Rice se refirió por dos veces a que Irán y sobre todo Siria deben "asumir sus responsabilidades", como mentores o protectores de Hezbolá, lo que no implica que admita a los sirios como interlocutores. "No se trata de hablar con ellos, sino de si están dispuestos a hacer lo que deben", dijo.

La cumbre se comprometió, finalmente, a apoyar la reconstrucción de Líbano y a convocar pronto una conferencia de donantes.