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Escalada militar en Oriente Próximo

Europa prepara una fuerza sin contar con la OTAN

Una fuerza multinacional con alto componente europeo y en la que Francia juegue un papel predominante es la idea con la que se trabaja en Bruselas tras la reunión de ayer en Roma. La OTAN quedará marginada. Así lo ha pedido el primer ministro libanés, Fuad Siniora, en Roma. También el presidente francés, Jacques Chirac, considera que sería contraproducente utilizar la OTAN en Oriente Próximo, donde pasa por ser el brazo armado de EE UU. En la sede aliada, no hay entusiasmo por la idea.

El secretario general, Jaap de Hoop Scheffer, declaró ayer que "éste no es el momento" para hablar de participación de la Alianza en la fuerza multinacional. Los embajadores aliados abordaron la crisis libanesa, sin discutir un hipotético papel de la OTAN, según el portavoz James Appathurai, quien dejó claro que tampoco se están haciendo planes de intervención. "La iniciativa está en la ONU", dijo. En una entrevista en el diario Le Monde, Chirac afirmó: "La OTAN no está hecha para este tipo de intervención. Se quiera o no, la OTAN es vista en esa zona como el brazo armado de Occidente y, por lo tanto, en términos de imagen, la OTAN no tiene vocación para ello".

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Javier Solana vio reforzada en Roma la iniciativa que ya puso en marcha hace unos días para preparar el concepto de una fuerza de intervención "que sería inimaginable que pueda existir sin los europeos". Según fuentes aliadas, Francia va a tener un papel muy importante en ese plan, fruto de su vinculación histórica con Líbano. "Francia siempre ha asumido sus responsabilidades en Líbano. Decidirá según las condiciones", añadía Chirac.

En Bruselas se considera factible la participación en la fuerza de países como Turquía, con la que se cubriría el flanco islámico, y de otros con cierto caché de neutralidad, como Noruega o Canadá. La Alianza no descarta necesariamente jugar algún papel y hace notar que la movilización de una fuerza que podría tener entre 10.000 y 20.000 efectivos requiere una capacidad de planificación, de comando y control y de experiencia que le son naturales. "Será una misión muy compleja en un entorno muy volátil", apuntaba Appathurai. "La capacidad de gestión será crucial".

Lo más delicado ahora es encontrar países dispuestos y capacitados para una misión que supondrá controlar el sur del país y las fronteras de Líbano con Siria, por donde llega desde Irán el equipamiento militar de Hezbolá. Los países europeos, con su contribución a la OTAN y a misiones de la UE, están al límite de sus capacidades militares.

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