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El Parlamento Europeo vota una propuesta para reducir la contaminación de los aviones

Ana Carbajosa

"Murcia, 39 euros". "El Cairo, 59 euros". El escaparate de una agencia de viajes de Bruselas anuncia alguno de los vuelos a precio de saldo que este verano convertirán el cielo en un avispero de aparatos en movimiento. Pero a veces, lo barato sale caro. Al menos eso es lo que sostienen los políticos que esta semana tienen previsto votar en el Parlamento Europeo una propuesta para reducir el impacto de la contaminación de los aviones, hasta ahora excluidos de los compromisos que fija el protocolo de Kioto.

Caroline Lucas, la europarlamentaria verde que ha redactado el texto que votará este martes la Eurocámara en Estrasburgo, considera que "la aviación está creciendo a un ritmo disparatado, y hay que echar el freno de alguna manera". Si las estimaciones de Eurocontrol (el organismo europeo que vela por la seguridad aérea) resultan ciertas, en 2020 habrá el doble de vuelos que en 2003. Esta política británica atribuye el aumento de vuelos, sobre todo, a los "precios artificialmente baratos", que achaca a su vez, a la exención de impuestos del combustible en los vuelos internacionales. Los gases que los aviones expulsan a la atmósfera tienen un poder de contaminación entre dos y cuatro veces mayor que el CO2 que vomitan los coches.

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Para intentar que el precio de los billetes refleje lo que le cuesta al planeta el vuelo, e invitar así a los viajeros a que utilicen medios de transporte alternativos, los verdes europeos proponen incluir las emisiones de la aviación en el mecanismo de comercio de emisiones con el que la Unión Europea pretende dar cumplimiento a los compromisos alcanzados en Kioto en 1997 para luchar contra el calentamiento de la tierra.

Aunque de momento las emisiones de los aviones representan una porción relativamente pequeña del pastel de dióxido de carbono (poco más del 3% de las emisiones), el sector registra la mayor tasa de crecimiento en lo que a contaminación se refiere, en parte debido las emisiones de gases distintos del CO2. Las emisiones de la aviación internacional han crecido un 73% entre 1990 y 2003, según datos del Ejecutivo comunitario, que calcula que a este ritmo, la contaminación aérea neutralizará más de un cuarto de las reducciones que Kioto requiere para el año 2012.

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Sobre la firma

Ana Carbajosa
Periodista especializada en información internacional, fue corresponsal en Berlín, Jerusalén y Bruselas. Es autora de varios libros, el último sobre el Reino Unido post Brexit, ‘Una isla a la deriva’ (2023). Ahora dirige la sección de desarrollo de EL PAÍS, Planeta Futuro.

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