Varios países europeos combaten la estrategia musical de Apple
Exigen que la música de iTunes pueda escucharse en cualquier lector
El éxito llama la atención. Para bien y para mal. Reino Unido, Francia y los países nórdicos quieren romper el candado tecnológico que asocia la tienda de música en línea iTunes, de Apple, con el lector portátil iPod, de la misma empresa. Autoridades de los países nórdicos se plantean, como ya ha hecho Francia, exigir a Apple que las canciones que se adquieran en iTunes no deban ser escuchadas forzosamente en un iPod.
El cliente que compra legalmente una canción en la tienda en Internet iTunes ha de escucharla en un iPod o en algunos de los otros pocos reproductores portátiles que utilizan el mismo sistema de protección de derechos digitales (DRM), salvo que emplee astucias tecnológicas no permitidas. Y quien compre una canción en otra tienda en línea no puede emplear un iPod para escucharla porque no usa el mismo DRM. Los DRM sirven para controlar el número de copias y sobre qué aparato el cliente puede reproducir la canción adquirida. iTunes es la tienda musical en Internet que lidera, a nivel mundial, la venta de canciones (a 0,99 centavos de dólar la unidad). El éxito comercial de iTunes refuerza el de iPod y viceversa. Francia fue el primer país en plantear una ley que exigiría a iTunes y al resto de tiendas en línea de otras empresas que sus sistemas anticopia fuesen interoperables. Hay más de 140 marcas y más de 2.000 modelos distintos de reproductores portátiles. Apple, de forma indirecta, hizo saber que podría abandonar el mercado francés. En el Senado galo este artículo ha sido suavizado -se remite a una futura agencia gubernamental el estudio de caso-, pero la ley no ha terminado su trámite.
En este contexto, el Defensor de los Consumidores de Noruega, a instancias de las organizaciones de usuarios de su país, se plantea exigir a iTunes que rompa el lazo tecnológico que vincula su catálogo musical con iPod. Agencias hermanas en Suecia y Dinamarca emprenderán un camino similar. Noruega ha dado un plazo hasta el 21 de junio para que Apple proponga un remedio a lo que considera un cautiverio del cliente de iPod o iTunes con la marca Apple. La autoridad noruega no descarta exigir la misma interoperabilidad de los sistemas anticopia a otras tiendas en línea que usan otros sistemas de protección y son igualmente impermeables a DRM de terceros.
En Reino Unido, la asociación que agrupa a la industria fonográfica ha tachado de "insalubre" el dominio de Apple en el territorio de la venta musical en línea, y ha solicitado al parlamento medidas para que iTunes permita a sus clientes escuchar la música adquirida en su sitio en otro tipo de lectores que no pertenezcan a Apple.
En España, la Asociación de Internautas, consultada por este diario, ha manifestado que no tienen ninguna iniciativa en cartera sobre este asunto. Un portavoz de la Sociedad General de Autores (SGAE), que ha presentado una demanda contra Apple España para exigir el cobro del polémico canon sobre sus iPods, manifestó a este diario que es favorable a la interoperabilidad de los reproductores de archivos audiovisuales.
Todas estas iniciativas se producen en pleno éxito de iPod. Una encuesta entre 100 universidades norteamericanas ha demostrado esta semana que las descargas de música en el iPod (legales o ilegales) son, por primera vez, la primera distracción de los estudiantes, por encima de las fiestas con cerveza. Apple ha vendido 50 millones de ejemplares desde que lo sacó al mercado en el año 2001. Este mes, la cadena CBS ha anunciado un acuerdo para vender a través de iTunes, a 1,99 dólares la pieza, los episodios de sus series de televisión más populares.
Este creciente pastel de la descarga audiovisual y los lectores de archivos ha despertado a otros competidores. Microsoft intenta, aliándose con MTV, una réplica de iTunes. En Reino Unido ha entrado con fuerza un sitio de venta en Internet ruso, AllofMP3.com, que ya está en segundo lugar tras iTunes con un 14% del mercado de las descargas, que ofrece a precios más baratos. Las autoridades norteamericanas consideran que este sitio se ampara en las tolerantes leyes rusas para infringir el régimen de derechos de autor occidental y emplean su caso para bloquear la entrada de Rusia en la Organización Mundial del Comercio.
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