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Sanidad se plantea un nuevo reparto de los pacientes en atención primaria

El sistema asignaría a los usuarios en función del grado de enfermedad

Osakidetza está analizando la aplicación de un nuevo sistema para ajustar mejor la distribución de pacientes entre los médicos de atención primaria. Los actuales criterios para la asignación de usuarios son el número de personas y los mayores de 65 años. Con el nuevo planteamiento, los pacientes serían distribuidos en función del grado de enfermedad, lo que permitiría comprobar mejor la carga real de trabajo de cada médico.

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En estos momentos, cada médico de atención primaria tiene en su cupo una media de 1.800 tarjetas individuales sanitarias (TIS), es decir, pacientes. En pediatría, la media ronda los 900 niños. La subdirectora de Atención Primaria de Osakidetza, Begoña Gutiérrez, explica que, además del número de pacientes y los mayores de 65 años, existen otras variables que hay que tener en cuenta para la asignación de recursos.

Es el caso de la variable sociofamiliar (hay familias que por sus comportamientos precisan más recursos que otras) y la socioeconómica (las clases más desfavorecidas están más enfermas). El problema al planificar es que ese tipo de variables es muy difícil de usar. Por ejemplo, para hacer un estudio sociodemográfico se deben emplear datos del censo, que se actualiza cada diez años y, por tanto, no resulta un elemento ágil para la realidad del día a día en las consultas.

Gutiérrez apunta que las preguntas que se hacen todos los sistemas sanitarios son: ¿por qué a un determinado médico le frecuenta mucho la gente y al de al lado no, perteneciendo los dos al mismo centro de salud y atendiendo a una población con similar patología? y ¿por qué a lo largo del año el presupuesto de farmacia que utiliza uno y otro es diferente? "Lo que estamos viendo es que en un mismo centro de salud, los pacientes de dos médicos con el mismo cupo no se comportan de una manera similar", añade.

Modelo norteamericano

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Para poder resolver estas preguntas, Osakidetza se ha fijado en un modelo que EEUU y Canadá llevan desarrollando varios años.

Se trata del sistema de Grupos Clínicos Ajustados (ACG, en sus siglas en inglés). Este proyecto clasifica a las personas en niveles diferentes de necesidad de atención sanitaria a partir de las patologías que se les han diagnosticado durante los últimos 12 meses, su edad y su sexo.

En total, se han establecido cerca de un centenar de grupos de enfermedades. "Al agrupar a las personas podemos predecir que los usuarios de una misma categoría tienen una carga de enfermedad y consumo de recursos similar. Así se puede comparar entre los cupos de los médicos y repartir mejor las cargas de trabajo", indica la subdirectora de Atención Primaria. La aplicación del sistema de gestión ACG es posible porque todos los centros de salud cuentan ya con el programa Osabide, la historia clínica informatizada.

Según Gutiérrez, esta clasificación permitirá prever el consumo de recursos: número de visitas que hace el médico, uso de servicios sanitarios (analíticas, radiología, desviaciones al especialista) y la prescripción de productos farmacéuticos. "Estos son los tres caballos de batalla", apunta.

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