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El control de la energía en Bolivia

El Gobierno español advierte del daño a la relación bilateral

La Moncloa espera una llamada de Evo Morales a Rodríguez Zapatero

El Gobierno español advirtió ayer a Bolivia de que su decisión de nacionalizar los hidrocarburos tendrá consecuencias negativas para la cooperación bilateral humanitaria y política si se confirma que no deja margen para un arreglo soportable para las empresas. El Ejecutivo quiso transmitir así un mensaje de "firmeza" en la defensa de los intereses españoles y de "diálogo" para determinar el alcance real del anuncio boliviano.

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El Gobierno español advirtió ayer a Bolivia de que su decisión de nacionalizar los hidrocarburos tendrá consecuencias negativas para la cooperación bilateral humanitaria y política si se confirma que no deja margen para un arreglo soportable para las empresas. El Ejecutivo quiso transmitir así un mensaje de "firmeza" en la defensa de los intereses españoles y de "diálogo" para determinar el alcance real del anuncio boliviano.

Un portavoz diplomático confirmó que se esperaba en Madrid una llamada telefónica del presidente Evo Morales. Anoche, esa comunicación no se había producido. La llamada de Morales, al presidente José Luis Rodríguez Zapatero o, alternativamente, al ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, para explicar una decisión que sorprendió a los afectados, totalmente desprevenidos, quedó prevista a raíz de la conversación telefónica que mantuvo el lunes el secretario de Estado de Exteriores, Bernardino León, con el ministro boliviano de la Presidencia, Juan Pedro Quintana.

Moratinos, por su parte, habló ayer por teléfono con Celso Amorim, ministro de Exteriores de Brasil, que también tiene intereses gasísticos en Bolivia a través de Petrobras. Ambos ministros coincidieron, según fuentes españolas, en la necesidad de mantener posiciones firmes, sin dejar de dialogar durante el nuevo semestre ofrecido por Morales para renegociar los contratos.

El director general para Iberoamérica, Javier Sandomingo, convocó ayer en Exteriores al encargado boliviano de negocios, Álvaro del Pozo, a fin de transmitirle el malestar español y reiterarle el deseo de recibir cuanto antes el decreto de nacionalización, para conocer sus detalles. El representante de Morales no pudo aportar mayores precisiones sobre la decisión de su Gobierno.

La protesta española, resumida por Exteriores en un comunicado, se extiende especialmente a "las formas" de una decisión, anunciada por Morales con lenguaje agresivo el 1 de mayo, sin ninguna comunicación previa a las empresas afectadas ni a sus gobiernos. Pero la preocupación mayor se centra en el contenido.

Expropiación automática

En medios diplomáticos se constata que la anunciada toma por el Estado boliviano implica una expropiación automática que, en el caso de Repsol, alcanzaría al 3% necesario para pasar del 48% del capital al 51%. La empresa española, como las demás extranjeras que operan en Bolivia, quiere, pese a todo, seguir negociando unas condiciones de actividad aceptables en un país donde ha invertido más de 1.000 millones de euros. De ahí, el compás de espera.

Los secretarios de Estado de Exteriores, Economía, Comercio y el jefe de la Oficina Económica del presidente del Gobierno tienen previsto reunirse hoy para estudiar la situación. La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, anunció ayer que el Ejecutivo convocará esta semana a los empresarios con intereses en Bolivia. El presidente Rodríguez Zapatero coincidirá con Evo Morales el día 11 en Viena, en la cumbre Unión Europea-América Latina, a la que también asistirá el presidente venezolano, Hugo Chávez.

Por otra parte, el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, calificó ayer de "muy mala noticia para España y para Bolivia" la decisión de Evo Morales de nacionalizar el gas y el petróleo de ese país, informa Pilar Marcos. "Es mala para España, para los españoles, para los accionistas y para la propia empresa Repsol", aseguró Rajoy. El líder de la oposición mantuvo que esta decisión de Morales es "un varapalo" al Gobierno español, debido a la "buena relación" que ha mantenido el presidente del Gobierno con el trío de líderes latinoamericanos que forman Evo Morales, Hugo Chávez y Fidel Castro. "Esto debe servir para que el Gobierno reflexione sobre su política internacional", aseguró.

El ex presidente Felipe González pidió al Partido Popular que modere sus críticas al Gobierno: "Tienen derecho a oponerse, pero tienen que hacer críticas razonables", aseguró en Nueva York tras entrevistarse con el secretario general de la ONU, Kofi Annan, informa Sandro Pozzi. "Es ridículo que critiquen a Zapatero porque Evo Morales haya decidido hacer lo que quiera en su país", añadió. González recomendó prudencia y subrayó que nacionalizar no siempre equivale a expropiar.

Evo Morales saluda a sus seguidores ayer en un acto en Santa Cruz.
Evo Morales saluda a sus seguidores ayer en un acto en Santa Cruz.AP

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