Brasil producirá su primer 'brandy'

La española Osborne, con una trayectoria de 232 años vinculada a la producción licores y bebidas, está llegando a Brasil. Se anunció, hace pocos días, que la empresa se asoció con vinícolas instaladas en el noreste brasileño para empezar a producir brandy en pleno sertão, con el objetivo de tener allí una base para exportar hacia los países latinoamericanos. Actualmente, ese mercado corresponde a solamente el 5% de las ventas totales de la empresa en todo el mundo. La proyección inicial es que ya en 2006 se vendan 300.000 litros de la bebida con el sello español en Brasil, y que, dentro de cinco años, sean producidos dos millones anuales de litros del brandy brasileño.

Curiosamente, Brasil no tiene la costumbre de consumir brandy. Acorde a la costumbre, la bebida es llamada de coñac, y aun así dista mucho de su versión original: la legislación brasileña determina que conhaque es una mezcla de aguardiente de caña de azúcar y otras sustancias, como el alquitrán y el jengibre. Claro está que lo que la Osborne fabricará en el país no tiene nada que ver con esa mezcla: será el clásico destilado de uva envejecido en toneles de roble, el llamado conhaque fino por el comercio brasileño, cuya producción en el país se limita a dimensiones artesanales.

La inversión inicial asciende a cinco millones de dólares, divididos entre Osborne y dos compañías vinícolas locales, Miolo y Lovara

Bebidas de importación

En supermercados y tiendas de lujo es fácil encontrar brandies importados, casi siempre de España, a precios que oscilan alrededor de los 45 reales (unos 18 euros). Cuando empiecen a llegar al comercio, las primeras botellas de brandy producidas en el país deberán costar poco más de la mitad de las importadas.

La inversión inicial es de cinco millones de dólares, divididos entre Osborne y dos vinícolas locales, la Miolo y la Lovara. Como parte de la estrategia de marketing, que consumirá alrededor de 500.000 dólares en 2006, la empresa está importando 4.000 litros del brandy que fabrica en España, y organizó una serie de presentaciones de la bebida en los grandes centros consumidores del país.

La elección del área en que se instalará la producción, el noreste, se debió a la posibilidad de obtenerse hasta dos y media cosechas de uva por año, contra solamente una en la región vinícola más conocida, y que está en el extremo sur del país. Ese elevado volumen se debe a los sistemas de riego, y además también pesó en la decisión de los españoles los bajos costos de producción ofrecidos por el noreste. La actual capacidad de producir destilados -600.000 litros anuales- será aumentada, hasta 2010, a cuatro millones de litros cada año. La meta final es ambiciosa: a partir del sertão brasileño, alcanzar un universo consumidor de más de 30 países.

El interés del grupo Osborne por el mercado latinoamericano no es nuevo. En la actualidad, la empresa española tiene una participación del 19,5% en la firma licorera venezolana Lander y Vera, así como con la distribuidora Osborne para el mercado norteamericano. En los últimos años ha desarrollado igualmente una estrategia de ida y vuelta en el mercado mexicano. Inicialmente, fruto de un largo proceso de colaboración comercial, adquirió el 30% del Grupo Industrial Herradura, elaborador de tequila. Sin embargo, la experiencia no dejó satisfechos a los bodegueros españoles, que en 2004 optaron por vender con una importante plusvalía casi toda su participación para quedarse con una presencia testimonial del 0,6%.

Osborne es uno de los pocos grupos históricos bodegueros españoles que conservan su accionariado en manos de capital nacional. En España mantiene una fuerte política de inversiones con la construcción de nuevas bodegas. Igualmente entró en el sector de las aguas con la compra de Solan de Cabras.